Las patatas son el tubérculo más conocido y consumido en la actualidad en todo el mundo. Aunque su formato hervido, al horno, al microondas o al vapor es el más recomendable en cuanto a salud se refiere, sin olvidar su posterior preparación en forma de puré, también suelen prepararse en forma de fritura.
El "problema" con este alimento, sobre todo para los más cómodos, es la preparación previa a su cocción: pelar las patatas no suele ser lo más deseable para nadie, y de hecho es algo muy tedioso para muchos. Aunque hoy en día existen artilugios pelapatatas que hacen la situación más llevadera, sigue costando cierto tiempo. Pero, como en todo, existen trucos para ser más rápido todavía.
Aunque la patata sea un alimento muy versátil, saciante y útil como complemento o guarnición en casi cualquier plato, no es el más fácil, rápido y cómodo de preparar. De hecho no son pocos los que suelen echar mano de patatas al horno solo por evitar pelarlas previamente, dependiendo del tipo de patata utilizada.
Por suerte, y gracias a un reciente truco publicado en el medio Country Living, la situación puede ser más amena y rápida próximamente: no se necesita dispositivo pelapatatas, ni ningún artilugió o ingrediente sofisticado. En este caso lo que se recomienda es hervir las patatas enteras, sin pelar. Una vez estén completamente cocidas, se depositan en un recipiente de agua helada y se dejan enfriar en dicho recimiente 5-10 segundos y se retiran del mismo.
Posteriormente, la zona externa de la patata debería estar arrugada y ser fácil de extraer: simplemente se debe girar la patata entre las manos en direcciones opuestas para retirar la cáscara, y sin más. Si las patatas aún están demasiado calientes para poder manipularlas es aconsejable retirar la piel con guantes o gracias a un paño de cocina.
Algunos datos curiosos
Como hemos comentado, la patata es un alimento muy consumido y versatil, aunque no siempre ha gozado de la misma popularidad. De hecho, aún hoy en día en algunas consultas médicas se suele aconsejar reducir su consumo por su potencial relación con el aumento de peso y la obesidad. Evidentemente esto es un error, ya que el problema no es el alimento en sí, sino su preparación: una patata hervida, al horno o al microondas tiene mayor potencial saciante y menor contenido calórico que la misma patata pero frita.
Si bien es cierto que no es el alimento con mayor densidad nutricional, contiene una cantidad aceptable de algunos nutrientes, como ya comentamos en su momento en 'EL ESPAÑOL': vitamina C, vitamina B6, potasio, colina y almidón resistente.
De hecho, en cuanto al potasio se refiere, este mismo año un estudio publicado la revista Nutrients aconsejó de forma específica el consumo de patata cocida (pero no frita) como alimento antihipertensivo: sí, se debe reducir el consumo de sodio para reducir el riesgo de hipertensión y enfermedad cardíaca, pero también se deben obtener suficientes niveles de potasio. Y, según la evidencia actual, la harina de patata sería mejor opción que los típicos suplementos de potasio aislados.
De momento hay que seguir investigando, pero queda claro que la patata no debería ser un alimento demonizado: su preparación puede ser más fácil, más rápida y también más saludable.