El ayuno intermitente, y concretamente su versión de ayuno 5:2, se ha vuelto muy popular tanto en España como en el resto de Europa, llegando a formar parte del patrón alimentario común de muchos individuos, siempre con el objetivo de perder peso o bien mejorar la salud general.
Diversos estudios han comprobado que el ayuno sí puede ayudar a perder peso, dado que la restricción temporal también suele implicar una restricción calórica; sin embargo, las investigaciones más recientes sugieren que, a largo plazo, las dietas tradicionales y el ayuno tendrían efectos similares en el peso. Ahora, un nuevo estudio publicado en PloS ONE habría sugerido que el ayuno intermitente tipo 5:2 sí tendría un beneficio adicional: la adherencia a la dieta.
El ayuno intermitente, en general, implica una restricción temporal de consumo alimentario, aunque no una restricción calórica por sí misma. Sin embargo, al recortar tiempo, sí se suelen recortar calorías de forma indirecta. Especialmente, en el ayuno 5:2 la restricción va un poco más allá: se puede comer de forma habitual durante 5 días (con sensatez), pero existirían dos días de la semana donde el consumo alimentario no debe superar las 500 kilocalorías aproximadas. Habitualmente estos dos días se intercalan entre los otros cinco y no se aconseja hacerlos seguidos.
Ayuno y seguimiento
En el nuevo estudio, llevado a cabo por los investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres, han querido analizar este tipo de ayuno de forma más objetiva. Para ello, se estudió a 300 adultos con obesidad, los cuales fueron asignados de forma aleatoria a tres grupos de intervención para perder peso:
Un grupo, formado por 100 participantes, recibió consejos convencionales sobre control de peso en una sola sesión con un asesor, el cual proporcionó materiales por escrito donde se explicaban conceptos como las porciones, el diario de alimentos o cómo evitar antojos innecesarios.
Un segundo grupo, llamado "grupo de autoayuda", formado por otros 100 participantes, tuvo una sesión diferente: a ellos se les aconsejó llevar a cabo un ayuno intermitente 5:2 durante el experimento, y se les dió un folleto explicativo con ejemplos de comidas, enlaces online y apoyo, pero sin más ayuda adicional.
Un tercer grupo, también formado por 100 participantes, recibió consejos y documentación sobre el ayuno intermitente 5:2, pero además también se les inscribió en sesiones de apoyo grupal durante seis semanas, con el objetivo de ayudarles a discutir sobre sus experiencias con la dieta entre ellos y con asesores especializados.
Mayor adherencia
Los tres grupos de participantes fueron seguidos durante un año, hasta que finalizó el estudio. Al final del año cada uno de los grupos mostró signos de pérdida de peso moderada: el 15% de los participantes del primer grupo, de "asesoramiento convencional", perdió al menos un 5% de su peso; por su parte, el 18% del segundo grupo o "grupo de autoayuda" y el 28% del tercer grupo o "grupo de apoyo" llegaron a perder también un 5% del peso.
Si bien es cierto que el último grupo fue el que mejores datos mostró, también se identificó un factor diferenciador en el estudio: los participantes que llevaron a cabo un ayuno intermitente 5:2 calificaron mejor su experiencia durante el experimento que aquellos que recibieron consejos convencionales. Consideraron sus intervenciones más útiles e indicaron que era más probable que recomendasen este tipo de patrón alimentario a otras personas. Además, estos mismos participantes también se mostraban más proclives a continuar esta dieta tras finalizar el experimento, es decir, mostraban una mejor adherencia en comparación.
Los investigadores explican que, si bien el ayuno intermitente 5:2 no es superior a otros enfoques tradicionales en cuanto a pérdida de peso se refiere, sí parece ser más simple y atractivo de seguir que estos enfoques. Los resultados no fueron sorprendentes en comparación a estos enfoques tradicionales, pero el hecho de que los participantes calificasen su experiencia como más atractiva y favorable sí sería un factor a tener en cuenta a la hora de aconsejar un tipo de patrón alimentario u otro a la hora de perder peso, dependiendo de la persona en cuestión.