Radiografía del turrón de roscón de reyes de Dabiz Muñoz: una bomba de azúcar a 50 euros el kilo
Comer sólo 300 gramos de este típico dulce elaborado por el famoso chef supone añadir a tu dieta 1.677 calorías.
12 diciembre, 2021 01:23Noticias relacionadas
La navidad está a la vuelta de la esquina y con ella llegan los dulces navideños. Su mayor representante, el turrón, siempre se hace un hueco en las mesas de celebración. Este año, el cocinero de DiverXO, Dabiz Muñoz, ha querido reinventar este dulce clásico, elaborando sabores a cada cual más exótico.
Durante este 2021, Muñoz ha lanzado multitud de artículos como un Donut propio o hamburguesas, incluso un menú que cuesta más de 500 euros. Los turrones, sin embargo, si están más al alcance de todos por unos 15 euros. Los hay de cuatro sabores, algunos más inspirados en la Navidad que otros, leche con cereales, palomitas de maíz, roscón de reyes y tarta de la Pedroche, y vienen en forma de tableta de 300 gramos, por lo que saldría el kilo a 50 euros.
Agotados en todas partes, hacerse con uno de estos turrones es misión imposible según se van acercando fechas señaladas. Aparecen ‘no disponibles’ en varios centros y puntos de venta, sin embargo, el de roscón de reyes parece ser de los que menos ha gustado, porque es el que más fácil de encontrar.
A pesar de su cuidada estética y de lo novedoso de los sabores, estos turrones, nutricionalmente no son para nada saludables. Por ejemplo, en la escala Nutriscore tiene una E, la más baja. En la caja, el producto está descrito de la siguiente manera: Cobertura de chocolate rubí, con praliné de flor de azahar, caramelo de guayaba y… ¡polvo mágico de nata y frambuesa! ¡Me estalla la cabeza!.
Aunque no lo parezca, la descripción esconde más verdades de las que aparenta, vaya que estalla en la boca al primer mordisco, el azúcar es más que evidente en este turrón, sin necesidad de asomarse a los ingredientes. De hecho, no es apto para quien vaya con la creencia de saborear el gusto del roscón de toda la vida.
El TurrónXO de roscón de reyes sabe al roscón de reyes de Muñoz, con un penetrante sabor a guayaba, que lo inunda todo. De hecho, el interior del turrón es de una crema amermelada de esta fruta tropical y del toque más característico del roscón, la flor de azahar, ni rastro, a pesar de que sí figure como tal en la descripción del producto.
Lleno de grasas saturadas
Con la chuleta ya en la mano, es decir, con los valores nutricionales desglosados, encontramos que la tableta de este turrón, por cada 100 gramos, contiene 39 gramos de grasas. Teniendo en cuenta que 20 gramos de cada 100 de productos ya se considera un contenido alto, 39 lo sobrepasa bastante. Además, de grasas saturadas, contiene 16 gramos de cada 100. De nuevo, sobrepasa por tres lo considerado contenido alto, que es 5 gramos de cada 100. Igualmente, el resto tampoco deben de ser consideradas saludables, ya que provienen de aceites refinados e hidrogenados.
Teniendo en cuenta que la cantidad diaria recomendada de kilocalorías diarias ronda las 2.000, comer los 300 gramos de este turrón aporta 1.677 kilocalorías, por lo que comerse un paquete entero de este turrón es una fácil manera de superar esa cantidad. Además, el 40% de este producto son hidratos de carbono, sin más, de los que el 35% son azúcares y el resto son harinas refinadas y almidones, principalmente, que también tienen índices glucémicos altísimos.
"Este turrón es un alimento ultraprocesado, por lo que debería de consumirse con moderación o incluso, diría yo, evitarse, ya que nutricionalmente no aporta nada. Es más una experiencia que un alimento", explica Concepción Álvarez, nutricionista especializada en deportes de alta intensidad. La experta añade que, si se lleva una dieta saludable, con productos frescos y de origen vegetal en cantidad, tomar una porción de este turrón en Navidad no supone ningún peligro para la salud.
Por si fuera poco, según Ecoscore, este turrón tiene un muy alto impacto ambiental. Una categoría que vendrá propiciada por su envase, que no sólo consta de una caja de cartón, sino de un plástico protector que envuelve el turrón. Por lo que además de no ser un alimento ni saludable ni con un aporte decente de macronutrientes, tampoco se ajustaría a la categoría de sostenible.