Planificar los menús, beber abundante agua o no saltarse las comidas son algunas de las recomendaciones que ha realizado la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) con motivo del Día Mundial contra la Obesidad, que se celebra este 4 de marzo.
La causa fundamental de la obesidad, según la fundación, es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas. Se debe, principalmente, a la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa y a un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.
Además, influyen otros factores como predisposición genética, la toma de medicamentos como los corticoides y antidepresivos, la presencia de causas endocrinas como hipotiroidismo, síndrome de ovario poliquístico o enfermedad de Cushing, causas psicológicas como la ansiedad, y el entorno social y/o cultural.
"Para adelgazar hay que consumir menos calorías de las que se gastan, sin embargo no se puede adelgazar de cualquier manera. La dieta ha de ser equilibrada y ha de aportar una cantidad y una calidad suficientes de proteínas, vitaminas y minerales. Conseguir un peso saludable y mantenerlo no sólo se logra haciendo una dieta baja en calorías, sino con un cambio en el estilo de vida que conlleva una modificación en los hábitos de alimentación para lograr una dieta más correcta y equilibrada y haciendo que el ejercicio físico forme parte de la vida cotidiana", han asegurado los especialistas de FEAD, Robin Rivera y Jimena Abilés a Europa Press.
Cambio de hábitos
Por lo tanto, los expertos reafirman que se deben tomar diariamente alimentos de todos los grupos nutricionales, incluyendo verduras, frutas, hidratos de carbono (cereales, legumbres, patatas, arroz o pasta), lácteos y proteínas (carne, pescado o huevo).
Entre las recomendaciones, la fundación señala que se debe servir la comida en platos pequeños y no dejar la fuente en la mesa. En cuanto a los hábitos, aconsejan comer siempre en el mismo sitio y sin hacer otra actividad, hacer pequeñas pausas entre plato y plato y no tener alimentos "tentadores".