Aunque la relación entre el ajo y la gastronomía tradicional española acumula siglos a sus espaldas, fue la gran Victoria Beckham quien la hizo eterna con su célebre frase: "España huele a ajo". Si esta declaración —que la ex spice girl negó tiempo después— pretendía ser ofensiva, lo cierto es que la estrella británica fracasó: el ajo es un alimento muy saludable y celebrado en la dieta mediterránea. De hecho, tal es la admiración hacia este vegetal que existen muchos mitos acerca de sus propiedades.
Debido a que la existencia de los vampiros no ha podido probarse nunca, la efectividad del ajo para evitar sus ataques es todavía un misterio. Sin embargo, la ciencia sí que ha podido confirmar o rechazar otras propiedades legendarias. La Fundación Española de la Nutrición (FEN) señala que las propiedades de este alimento están basadas en la alicina que contiene y que se utiliza para determinados medicamentos. Ahora bien, tenemos que tener en cuenta que los ajos por sí mismos aportan poca cantidad de esta sustancia.
De todas formas, existe una gran comunidad de adoradores del ajo en el mundo: personas que afirman que gracias al consumo de un diente crudo por las mañanas han pérdido una buena cantidad de peso, que han reducido sus niveles de colesterol en sangre o, incluso, que puede prevenir y curar el mismísimo coronavirus. Ahora bien, que el ajo no sea prodigioso no significa que no sirva para nada, de hecho su consumo está recomendado siempre y cuando sea parte de una dieta saludable como la mediterránea.
La leyenda del ajo
Las personas que creen a pies juntillas en los milagros del ajo suelen atreverse a comer uno de estos dientes a mordiscos a primera hora de la mañana: esta es la manera, según ellos, de que sus efectos sean mayores. Pero, ¿cuáles son estos beneficios? Uno de los más llamativos que se le atribuyen es la capacidad de hacer adelgazar a quien lo consume. La farmacéutica y experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño lo negaba en este artículo de EL ESPAÑOL: "Si comes sólo ajo, seguro que adelgazas, pero no hay ningún compuesto que por sí mismo haga este efecto".
Adelgazar y engordar tiene más que ver con la dieta general que llevamos que con el hecho de consumir un solo alimento. De hecho, teniendo en cuenta el tamaño de un diente de ajo, este representa una proporción ínfima con respecto a lo que comemos todos los días. Pero hay más: al ajo también se le han achacado beneficios sobre la salud cardiovascular. Sin embargo, el dietista-nutricionista Julio Basulto también niega que esto sea cierto y en esta entrada de su blog aporta dos estudios científicos publicados en Obesity y en The Cochrane database systematic reviews como prueba de ello.
Los creyentes del ajo también cantan sus alabanzas sobre las infecciones y en plena pandemia del coronavirus, también. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una advertencia al respecto: "El ajo es un alimento saludable que puede tener propiedades antimicrobianas. Sin embargo, no hay pruebas de que proteja frente a las nuevas variantes de la Covid". La obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la Covid son enfermedades que cuestan millones de euros al sistema sanitario. Un kilo de ajo cuesta 5 euros en el supermercado.
Sus beneficios
A estas alturas algunos dirán: "¿Estás llamando tontos a los egipcios, griegos o, incluso, a mi abuela, que se atiborraban de ajos?". No, pero ahora hay medicamentos más efectivos y que han demostrado su seguridad en estudios científicos para las afecciones para las que estas personas usan los ajos. Además, los científicos reconocen algunos beneficios en este alimento, mientras se incorpore dentro de una dieta saludable. Incluso consumirlo crudo y en ayunas no tiene ningún inconveniente para la salud, más allá del mal aliento.
Por ejemplo, el ajo tiene una proporción mayor de potasio que el plátano: según la FEN, el primero tiene unos 530 miligramos por cada 100 gramos y el segundo, 350 gramos en la misma cantidad. Los niveles de este mineral en la sangre contribuyen a mantener el funcionamiento del corazón y contribuye al mantenimiento de la frecuencia cardíaca. De todas formas, el potasio se encuentra en muchos más alimentos vegetales y sólo con un par de dientes de ajo no se pueden cumplir los requerimientos diarios de este mineral.
El ajo también es fuente de vitamina B6 que, según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), interviene en la producción de energía de los alimentos y en la formación de los glóbulos rojos y anticuerpos. Además, el ajo también destaca por contener yodo, fósforo y proteínas vegetales. Es decir, que como un elemento más en nuestra alimentación puede tener un papel en la obtención diaria de nutrientes saludables —recordemos que siempre tomamos poca cantidad por su fuerte sabor—, pero no debemos pensar que por sí mismo nos ahorrará enfermedades. Lo importante es cuidar la dieta al completo.