Reducir el consumo de carne, tratando de no superar los 100 g diarios, es un objetivo sostenible y ético para muchos consumidores. También es una apuesta por la salud: un 'recorte' de productos cárnicos en la alimentación, especialmente de carne roja y procesada, se ha relacionado con una reducción de la mortalidad prematura general, de las cardiopatías y la hipertensión, de trastornos metabólicos como la diabetes, la hiperglucemia o la obesidad, y también ejercería un efecto protector contra el cáncer.
Esto no significa que la carne deba necesariamente eliminarse: es fuente de proteínas de calidad, indispensables en nuestra dieta, y una manera óptima de obtener nutrientes como el hierro. Sin embargo, diversificar los alimentos proteicos para no depender de los de origen animal es una excelente decisión, ya que contribuyen a reducir el riesgo de presión arterial elevada y ayudan a perder peso. Además, dan entrada a otros elementos que tienden a faltar en nuestro menú, como la fibra, mientras eliminan algunos perjudiciales como las grasas saturadas.
Para ayudar al consumidor a diversificar, las grandes superficies trabajan en aumentar la gama de productos disponibles, desde las diferentes carnes vegetales a nuestra disposición a los múltiples derivados de la soja que forman la base de las dietas veganas. En esta línea, Mercadona lanza ahora de forma generalizada su Seitán de Hacendado, fabricado en España por la barcelonesa Midsona Iberia y en formato de 200 gramos. Una incorporación que sin duda ayudará a los amantes de este preparado vegetal a sobreponerse a la desaparición de la llorada 'hamburguesa de Seitán'.
Elaborado a partir de gluten de trigo -y por tanto, inadecuado para las personas con celiaquía o intolerantes a esta proteína-, el seitán contiene 24 g de proteína por cada 100 g de producto, lo que podría suponer, según el Índice de Masa Corporal (IMC) y las necesidades energéticas de cada cual, hasta la mitad de las necesidades diarias proteínicas de un adulto.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que es un producto procesado, como se infiere de su larguísima lista de ingredientes, pero entra por sus características en la categoría de 'procesados saludables': el semáforo nutricional Nutriscore le concede la mejor nota, la 'A', y solo reprocha su contenido ligeramente elevado en sal, 0,58 gramos por cada 100.
Más allá del gluten, encontraremos preparados a partir de soja, arroz fermentado y algas, aunque el ingrediente principal es el agua, lo que explica que sea muy bajo en calorías: únicamente aportará 124 kcal por cada cien gramos. Además, se encuentra prácticamente libre de las grasas saturadas que elevan el riesgo cardiovascular en la carne, y es sorprendentemente bajo en hidratos de carbono pese a contener el ingrediente básico del pan: no llega a tres gramos de cada cien.
Dicho esto, ¿cómo se consume y por qué se puede considerar como sustituto de la carne picada? Primero, porque contiene la vitamina B2 y el hierro que necesitarían las personas que menos alimentos de origen animal consumen. Y por el otro, porque aunque se puede cortar en rodajas y hacer a la plancha como un 'filete', es en su versión desmenuzada o triturada cuando realmente despliega su valor gastronómico.
Así, la propia Mercadona sugiere que lo usemos para preparar salsas boloñesas sin carne o, en dados, como fuente de proteína en ensaladas y sopas. Pero ha más posibilidades: nuestros compañeros de Cocinillas nos dan ideas como las albóndigas de seitán o un relleno de verduras que bien podría sustituir al asado de carne en las celebraciones.