Ésta es la fruta española rica en fibra que puedes comer a diario: cuida los huesos y baja el colesterol
A sus efectos protectores contra las enfermedades cardiovasculares y sus conocidos beneficios intestinales se suma la mejora de los huesos.
4 abril, 2022 01:16Noticias relacionadas
Las ciruelas, como los kiwis, son conocidas por su efecto anti-estreñimiento gracias a su significativo contenido en fibra. Sin embargo, este no es el único de sus innumerables beneficios.
Un nuevo estudio presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Fisiología celebrada en Filadelfia (Estados Unidos) apunta a un nuevo beneficio añadido: comer ciruelas a diario ayuda a reducir el riesgo de osteoporosis.
Actualmente se estima que 13,6 millones de personas mayores de 50 años en EEUU desarrollarán osteoporosis para el año 2030, es decir, una pérdida de resistencia ósea causada por una reducción de la densidad mineral ligada a los huesos.
Esta pérdida de densidad ósea, a su vez, aumenta el riesgo de fractura, una dolencia que acarrea más complicaciones conforme avanza la edad. A todo ello hay que añadir que las mujeres que experimentan la menopausia tienen unos niveles más bajos de estrógenos, lo cual desencadena un aumento de inflamación corporal que a su vez contribuye a un aumento de osteoporosis.
En investigaciones previas ya se habría sugerido que los extractos de polifenoles de las ciruelas, sustancias antioxidantes de origen vegetal capaces de reducir la inflamación corporal, colaborarían en la reducción del estrés oxidativo y la inflamación en las células óseas conocidas como osteoclastos.
Por otro lado, otras investigaciones como la que analizamos en EL ESPAÑOL también han sugerido que el consumo de ciruelas tendría un gran potencial protector frente a enfermedades cardio y cerebrovasculares.
De nuevo, la riqueza en antioxidantes y sustancias antiinflamatorias naturalmente presentes en las ciruelas serían las responsables de esta protección cardíaca, sobre todo en mujeres posmenopáusicas sanas.
En este nuevo trabajo, llevado a cabo por los investigadores del Programa de Fisiología Integrativa y Biomédica, y los Departamentos de Ciencias Nutricionales y Kinesiología de la Universidad Estatal de Pensilvania, exploraron los posibles beneficios del consumo de ciruelas sobre la salud ósea tras la menopausia.
Las participantes fueron mujeres posmenopáusicas con una puntuación de densidad mineral ósea baja, y fueron divididas en tres grupos:
- Un grupo consumió 50 gramos de ciruelas (unas seis piezas) diariamente durante 12 meses.
- Un segundo grupo consumió 100 gramos de ciruelas (unas 12) diariamente durante 12 meses.
- Un grupo control no consumió ciruelas.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de todas las participantes, antes y después del ensayo clínico, y se detectaron cambios significativos. En ambos grupos de consumo de ciruelas los marcadores inflamatorios disminuyeron significativamente.
Tanto el consumo de 6 como de 12 ciruelas fue beneficioso, reduciendo los mediadores proinflamatorios asociados a la pérdida de densidad ósea tras la menopausia.
Por este motivo, los investigadores sugieren que el consumo de ciruelas sería una prometedora intervención nutricional en esta situación, pudiendo colaborar con otros tratamientos contra la osteoporosis o de forma preventiva antes de que se produzca esta pérdida de densidad mineral ósea.
Estos datos coincidirían con estudios previos, donde se habría objetivado que comer al menos 50 gramos de ciruelas diarias mejoraría marcadores como el colesterol total y sus fracciones, pero también otros biomarcadores inflamatorios como las citocinas o el factor de necrosis tumoral alfa.
Se trataría, al fin y al cabo, de reducir la inflamación crónica y potenciar la capacidad antioxidante mediante la alimentación. Esto, a su vez, reduciría tanto el riesgo cardiovascular como el riesgo de acabar sufriendo osteoporosis y sus potenciales complicaciones.
Sin embargo, como ya sucedió con el estudio previo, aún se desconoce el mecanismo de acción mediante el cual las ciruelas y sus polifenoles lograrían esta reducción de compuestos inflamatorios. Serán necesarios más estudios para poder clarificar dichos mecanismos.