El envejecimiento es uno de los factores que más influye en la fertilidad masculina. Con los años, el sistema reproductivo comienza a experimentar una serie de cambios que van ocurriendo de manera gradual. En lugar de sufrir un cambio rápido como la menopausia, los hombres van entrando en un proceso de andropausia que se caracteriza por un envejecimiento testicular. La masa tisular disminuye, los niveles de testosterona se van reduciendo gradualmente y pueden aparecer problemas de erección.
Además, los conductos deferentes se vuelven menos elásticos y la tasa de producción de espermatozoides disminuye, lo que puede provocar infertilidad. Aunque este proceso se vincula a la edad, existe un factor igual de determinante, en índice de masa corporal (IMC). La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, la Asociación Española de Urología y la Sociedad Española de Fertilidad presentaron un documento que revelaba cómo un alto IMC (superior a 25) se relaciona con la aparición de la infertilidad, ya que el aumento de peso y la obesidad provocan que descienda en los varones el número de espermatozoides y que tengan menos movilidad, además de que puede llegar a ocasionar disfunción eréctil.
"La edad, la obesidad y sus complicaciones son los factores que más influyen en la disminución de fertilidad. El aumento de peso aumenta claramente las tasas de aborto y disminuye las tasas de recién nacidos vivos", explica Luis Martínez Navarro, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad. En concreto, un 20% de los hombres con obesidad tienen disminuida su fertilidad. Las razones son que el aumento del tejido graso se vincula con la conversión de las hormonas masculinas a estrógenos, provocando así una disminución de las concentraciones de gonadotropinas y testosterona.
Además de la propia grasa, el incremento de la temperatura corporal afecta a la temperatura a la que se encuentran los testículos, dando lugar a alteraciones del ADN. En concreto, en el documento señalan que los hombres con obesidad tienen 3 veces más probabilidad de oligozoospermia (concentraciones bajas de espermatozoides), comparados con hombres con Normopeso, y se estima también que la probabilidad de infertilidad puede aumentar un 10% por cada 9 kilos de exceso de peso.
Además, la presencia de síndrome metabólico y enfermedades vasculares pueden dar lugar a una disfunción eréctil, cuya prevalencia en personas obesas se estima en más de un 30%, incluso en algunos estudios la disfunción eréctil puede llegar a estar presente en hasta 60% de los hombres con obesidad.
Mayor IMC, menor fertilidad
Estudios como el realizado por la Universidad de Stanford, EEUU, publicado en la revista Human Reproduction, descubrieron una vinculación entre el aumento de IMC y un menor volumen de eyaculación; en concreto que los varones con un IMC mayor tenían un 22% menos de esperma que los demás. También demostraron que la cantidad de espermatozoides disminuía en el caso de los hombres con sobrepeso.
Una investigación aún más reciente, publicada en Developmental Cell, vincula un IMC elevado con el envejecimiento de los testículos. En concreto, la autopsia y análisis de células individuales de testículos humanos revela que las alteraciones relacionadas con el envejecimiento testicular se ven amplificadas por un índice de masa corporal elevado.
Para la investigación, utilizaron la secuenciación de ácido ribonucleico (ARN) de una sola célula para trazar más de 44.000 células obtenidas de cuatro jóvenes de 17 a 22 años y ocho hombres mayores de entre 62 y 76 años. Para asegurarse que no influyeran otros factores, para la muestra de mayor edad se seleccionaron perfiles que hubieran tenido descendencia de jóvenes, es decir, que no tuvieran problemas de fertilidad de base.
En el grupo de mayor edad, cinco donantes tenían un IMC por debajo de 27, mientras que tres superaban el 30, entrando en la categoría de obesos. Un conteo similar se encontraba entre el grupo más joven y tras el análisis, se comprobó que este grupo no mostraba signos de envejecimiento testicular ni ninguna alteración que pudiera dar lugar a la infertilidad. Sin embargo, en el grupo por encima de los 22 años de edad, se observó espermatogénesis completa sólo en cinco de los ocho donantes, lo de un IMC más bajo.
Distintas pruebas, cuya finalidad es medir la fertilidad que tuvo el donante en vida, como la capacidad de las espermatogonias para expandirse, dieron valores similares entre los grupos jóvenes y los mayores con un índice de masa corporal bajo, mientras que en todas y cada una, los donantes con obesidad, presentaron un envejecimiento testicular y una alteraciones vinculadas con la infertilidad.
Menor nivel de testosterona
Otras investigaciones, como la llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Adelaida, Australia, relacionan un mayor peso con un nivel más bajo de testosterona, lo que afecta directamente al conteo de espermatozoides. También existen evidencias de que las personas con obesidad tienden a almacenar más calor en la zona testicular, dificultando así la producción de esperma.
En concreto, la temperatura ideal para esa zona de cuerpo serían los 34 grados centígrados, sin embargo, algunas investigaciones han revelado que los hombres con obesidad, debido al tejido adiposo de la zona escrotal, junto a la grasa suprapúbica y la de los muslos, mantienen la zona testicular a la misma temperatura que el resto del cuerpo (a partir de los 37 grados). Este aumento de temperatura puede contribuir a reducir la función de los espermatozoides y la subfertilidad.