Si bien es cierto que el cáncer de próstata sigue siendo uno de los tumores malignos más prevalentes entre los hombres, aún hoy en día se siguen estudiando posibles factores de riesgo que allanen el camino hacia el desarrollo de la enfermedad.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores de Loma Linda University Health (LLU), cuyos hallazgos se han publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, sugiere un nuevo factor de riesgo asociado a este tipo de tumor: un gran consumo de lácteos.
Así lo sugerirían los hallazgos del estudio. Y es que, según sus resultados, los hombres que consumen una mayor cantidad de lácteos tendrían un riesgo significativamente mayor de cáncer de próstata en comparación a los que menor cantidad de láceos consumen. De hecho, también se investigó la asociación con alimentos ricos en calcio no lácteo, y no hubo ninguna relación en esos casos, lo que indicaría que existen otras sustancias más allá del calcio capaces de aumentar el riesgo de cáncer prostático.
Diferencias entre lácteos
Para llegar a estas conclusiones, Gary Fraser, profesor de la Escuela de Medicina de la LLU y autor principal del estudio, junto a sus colegas, evaluaron la ingesta dietética de más de 28.000 hombres norteamericanos, todos ellos libres de cáncer al iniciar el estudio, incluyendo la exposición a lácteos y calcio no lácteo. Se les realizaron cuestionarios de frecuencia alimentaria y recordatorios repetidos de 24 horas; además se tuvieron en cuenta datos demográficos, antecedentes familiares de cáncer de próstata, actividad física, consumo de alcohol, cribados de cáncer en el pasado y su IMC.
Así mismo, los investigadores también usaron datos de los registros estatales de cáncer para hacer un seguimiento del estado del cáncer de próstata de los participantes durante un periodo promedio de casi ocho años. Al final del periodo de estudio, los registros estatales informaron de 1.254 nuevos casos de cáncer de próstata entre los participantes del estudio.
Durante el estudio se separó y se analizó la ingesta de calcio lácteo, pero también del calcio no lácteo de frutos secos, semillas, crucíferas y otras verduras, legumbres, frutas y cereales fortificados. Se usó un modelo estadístico para centrarse en la ingesta de alimentos lácteos independientemente de otros factores, como la ingesta del calcio no lácteo, raza, edad o antecedentes familiares de cáncer de próstata.
Según sus resultados, los hombres que consumían alrededor de 430 gramos de lácteos por día tenían hasta un 25% más de riesgo de cáncer de próstata que los hombres que solo consumían 20,2 gramos de lácteos por semana. Además, los hombres que consumían alrededor de 430 gramos de lácteos diarios tenían aún más riesgo que los hombres que no consumían nada de lácteos en sus dietas.
No había diferencias significativas al comparar leche entera o leche desnatada, y no hubo asociaciones importantes con el queso o el yogur. Es decir, la asociación sería específicamente con la leche de vaca y no con sus derivados.
Hormonas de vaca
Además, un factor interesante que destacan como tal los investigadores es que el aumento del riesgo no era uniforme: a partir de los 150 gramos de consumo de leche al día, no había un aumento de riesgo significativo, a pesar de incrementos de 50 gramos o más diarios. No había un aumento de riesgo simultáneo a la vez que aumentaba la ingesta láctica, como si hubiese algún mecanismo biológico que se saturase en dicho punto de corte.
Por otro lado, los investigadores hacen hincapié en la poca evidencia que existiría entre el consumo de calcio y el cáncer de próstata. Se sospecha que habría otras sustancias que poseería la leche de vaca capaces de aumentar dicho riesgo, algo que parece no ocurrir con los derivados lácteos como yogur o queso, ni tampoco con los alimentos ricos en calcio no lácteo.
Una hipótesis que se baraja por parte de los investigadores es el contenido de hormonas sexuales de la leche de vaca: hasta el 75% de las vacas lecheras lactantes están embarazadas, y el cáncer de próstata responde a las hormonas. Además, en estudios previos se ha detectado una asociación entre productos lácteos y otras proteínas animales con niveles sanguíneos más altos de una hormona conocida como factor de crecimiento similar a la insulina-1 o IGF-1, que se sospecha que colabora en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de próstata.
De hecho, en un estudio previo sobre los efectos de los lácteos en el cáncer de mama en mujeres, también se detectó una relación de riesgo no uniforme similar a la de este nuevo trabajo. De nuevo, a partir de cierto punto de consumo de leche, no aumentaba el riesgo de forma lineal.
Para finalizar, los autores son conscientes de las limitaciones del estudio, y dejan claro que su trabajo no puede concluir que el consumo de leche de vaca provoque cáncer de próstata o mama. Se trata de un estudio observacional y no de un ensayo clínico, aunque sí aconsejan a los hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata que busquen alternativas a la leche de vaca, como es el caso de las bebidas vegetales, al menos hasta que se clarifique si el riesgo con la leche de vaca es real.