En el momento de tomar la decisión de pasar del vegetarianismo al veganismo, dejando totalmente el consumo de huevos y queso, este último alimento llega a ser una decisión difícil por parte de muchos consumidores. Sin embargo, en los últimos años la industria alimentaria ha iniciado la fabricación de una significativa variedad de quesos veganos, con cierto éxito en la replicación de algunas variedades. Sin embargo, esto no quiere decir que todos los quesos veganos sean iguales, ni tan saludables.
De hecho, suele ser un error común pensar que un queso vegano será tan nutritivo como un queso de origen lácteo, dado que los fabricantes suelen centrarse en mejorar su sabor, olor, textura y apariencia más allá de su valor nutricional como tal. Pero, qué llevan realmente gran parte de los quesos veganos, y por qué debemos consumirlos con cuidado.
Aunque no todos los quesos veganos son iguales, los principales ingredientes de muchos de ellos son almidón, aceites vegetales como aceite de coco e incluso aceite de palma. Estos ingredientes dan a los quesos veganos una textura adecuada, pero poco valor nutricional, dado que el almidón acaba descomponiéndose en carbohidratos simples a nivel intestinal, y a largo plazo su consumo se ha relacionado con un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad, diabetes tipo 2 y una amplia gama de enfermedades cardiovasculares.
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Por su parte, los aceites vegetales de los quesos veganos suelen ser ricos en grasas saturadas, algunas de las cuales se han relacionado con mayores niveles de colesterol LDL o "colesterol malo" a largo plazo, lo que a su vez se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular.
El aceite de coco en especial sigue siendo un caso polémico, que ni es un superalimento ni un veneno, como aclaramos hace un tiempo en EL ESPAÑOL. En este tipo de aceite destaca la presencia de ácido láurico, el principal tipo de grasa saturada del aceite de coco, y el cual se ha relacionado con un aumento significativo de los niveles de colesterol LDL y también del riesgo de enfermedad cardiovascular. Se sabe que el aceite de coco suele encontrarse en grandes cantidades en algunos quesos veganos: una porción de apenas 30 gramos de queso vegano puede contener hasta un tercio de la cantidad diaria total recomendada de grasas saturadas, a raíz del aceite de coco.
El aceite de palma, por su parte, también se encuentra en algunos quesos veganos. Aproximadamente la mitad de la grasa del aceite de palma es grasa saturada, destacando el ácido palmítico. De la misma forma que sucede con el ácido láurico, este tipo de grasa saturada también se ha relacionado con un aumento del riesgo cardiovascular, a pesar de que algunos fabricantes afirman usar aceite de palma "sostenible", un concepto poco claro hoy en día.
¿Mayor riesgo cardiovascular?
Sí, es cierto que los quesos lácteos contienen grasas saturadas de forma natural, pero la evidencia científica actual indica que su consumo no se ha relacionado con un mayor riesgo cardiovascular en última instancia, aunque no está claro por qué sucede esto: se hipotetiza que estas grasas procedentes del queso lácteo no se absorberían de la misma forma que las de otros alimentos, como la carne o el aceite de coco.
Así mismo, aunque los quesos lácteos son ricos en proteínas, los quesos veganos apenas poseen este macronutriente al estar basados en almidón y aceites vegetales. Además, la cantidad y calidad de vitaminas y minerales presentes en los quesos veganos también varían significativamente, pues depende de cada fabricante el hecho de agregarlos de forma artificial durante su producción. El resultado es que la mayoría de estos quesos veganos contienen poco o nada de calcio, y también suelen ser pobres en otros micronutrientes como el yodo, vitamina B12 y vitamina D.
Los estudios desaconsejan consumir queso vegano con la idea de usarlo como sustituto del queso lácteo, pues a largo plazo algunos trabajos han demostrado que dicho reemplazo podría ocasionar una peor salud ósea, aunque se necesitan más estudios para confirmarlo. Hay que puntualizar, por otro lado, que hay muchos otros alimentos ricos en calcio y vitamina D más allá del queso lácteo.
Por suerte, no todos los quesos veganos son iguales: algunos quesos veganos sí pueden ser más saludables que los quesos lácteos, como aquellos basados en ingredientes como los anacardos, altos en proteína y bajos en sodio y grasas saturadas; aunque este tipo de quesos suelen ser más caros.
Las dietas basadas en plantas, como las dietas vegetarianas y veganas, han demostrado ser más sostenibles y saludables siempre y cuanto sean ricas en alimentos frescos como frutas, verduras, legumbres y frutos secos, evitando todo lo posible los ultraprocesados de cualquier tipo. Por ello, los expertos aconsejan observar conscientemente el etiquetado de los alimentos alternativos ultraprocesados (como son los quesos veganos): aunque sean alimentos "basados en plantas", no dejan de ser un ultraprocesado, con todos los peligros para la salud que eso conlleva.