El zumo de naranja natural es otro de los grandes clásicos del desayuno, ya sea acompañado con unas tostadas, con un cruasán o incluso combinándolo con un café. Siempre se ha creído que esta bebida es increíblemente sana debido a la cantidad de vitamina C que aporta a nuestro organismo. De hecho, nuestra infancia está repleta de zumitos que nos daban nuestras madres y que debíamos beber con urgencia bajo el pretexto de "se les van las vitaminas".
Lo cierto es que existen cerca de una decena de alimentos que tienen más vitamina C y son más sanos. Además, esta bebida, por muy natural que sea, está cargada de azúcar. "Conviene tomar la fruta entera. Convertir la pieza de fruta en zumo es una mala idea", explica Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, en su libro Salud a ciencia cierta (Planeta, 2018).
Y es que al consumir la fruta exprimida se rompe la matriz y se libera el azúcar que se encuentra intrínseco en la naranja, por lo que estamos consumiendo azúcar libre como el que encontramos en los sobres del café. “En el caso de la naranja, por ejemplo, se debe tener en cuenta que en el albedo (la parte blanca que envuelve los gajos) hay muchos contenidos interesantes, con muchos antioxidantes”, escribe Martínez-González.