La carne de conejo es saludable y, sin embargo, es una de las que menos se consume en España. Después de la carne de despojos, la de conejo es la menos favorita entre los españoles. O, por lo menos, eso es lo que dice el Informe del Consumo Alimentario en España que elaboró el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en 2021: cada español comió en ese año 0,8 kilogramos de esta carne. ¿Nuestra carne favorita? El pollo; cada español se comió el año pasado 12,06 kilogramos
En la gastronomía de España, sin embargo, la carne de conejo tiene cierta importancia: por sí sola y, por supuesto, en platos de arroz. Su fama de saludable proviene de la baja cantidad de grasas que contiene. Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la carne de conejo sólo contiene un 4,6% de estos nutrientes y, como consecuencia, también es una de las carnes que menos calorías contienen. Por cada 100 gramos de carne, el conejo aporta unas 133 kilocalorías.
Sin duda, el contenido más interesante de la carne de conejo son sus proteínas. Esta carne contiene un 23% de este nutriente en su composición y, además, se tratan de proteínas de alta calidad biológica. Es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales —que son los componentes de las proteínas necesarios para el organismo que sólo se pueden adquirir a través de la alimentación— y, además, son absorbidos por el cuerpo de manera efectiva. También contiene varias vitaminas del grupo B, entre las que destaca la B3.
Para tomar a menudo
Esta carne saludable se puede encontrar con facilidad en los supermercados de España y también en las carnicerías. De hecho, esta misma semana Mercadona, la cadena de supermercados, ha añadido a sus estanterías dos nuevos productos a base de esta carne baja en grasas. Se trata de dos envases que contienen unos 400 gramos de carne de conejo cada uno: el primero de ellos contiene lomos de conejo por unos 4,42 euros por unidad y el segundo, muslos de conejo por 3,98 euros la unidad.
Al contrario que las carnes rojas y procesadas, las magras como la del conejo se pueden consumir con más frecuencia. El consumo habitual de carne roja y procesada en la dieta —un aspecto que caracteriza a las dietas actuales de occidente— se ha relacionado en múltiples estudios con un mayor riesgo de mortalidad y de enfermedades cardiovasculares. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha relacionado su consumo habitual con algunos tipos de cáncer, especialmente, los colorrectales.
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Según las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), deberíamos consumir entre dos y cuatro raciones de carne a la semana y priorizar las carnes magras sobre las rojas. Es decir, podemos consumir conejo hasta cuatro veces por semana, sin olvidar otras fuentes de proteínas más interesantes para la salud como son las legumbres o el pescado azul.
Cómo prepararlo
Tal y como explican en Cocinillas, existen muchas maneras de cocinar el conejo y se pueden elaborar platos muy sabrosos. El único problema que presenta esta carne es que, al contener tan poca grasa, puede quedarse seca si no sabemos cómo cocinarla. Por eso, recomiendan que primero se marque a la sartén para sellar los jugos en el interior y, después cocinarlo con el fuego bajo. A partir de ahí, el conejo se puede hacer de múltiples maneras con muchas salsas y acompañamientos.
En el blog de Cocinillas se pueden encontrar recetas para el día a día como este conejo a la mostaza que se prepara en sólo 30 minutos; para comensales con un gusto más tradicional puede resultar interesante este conejo a las finas hierbas más elaborado y que se prepara con el horno; por último, una receta de conejo para los que les gusta mojar el pan en la salsa hasta dejarlo impoluto, un conejo guisado con almendras.