Patatas fritas, pipas o bacalao son solo algunos ejemplos de alimentos que, a simple vista, se pueden reconocer por su alto contenido en sal. Sin embargo, hay muchos otros que no se perciben con tanta facilidad y provocan una dieta con alto contenido en sal que aumenta las posibilidades de sufrir un infarto de miocardio, un ictus o cualquier otra enfermedad cardiovascular.
Es por este motivo que los investigadores de un estudio publicado en la revista Hearst han descubierto cuáles son los sustitutos de la sal para evitar la mayor causa de muerte en todo el mundo, las enfermedades cardiovasculares. Además, la hipertensión arterial es uno de los principales riesgos de muerte prematura.
Anteriores trabajos ya han demostrado que una alimentación rica en sodio y a su vez pobre en potasio aumenta la presión arterial. Sin embargo, en esta ocasión los investigadores no han querido añadir una prueba más a esta hipótesis, sino que han tratado de descifrar las posibles soluciones a un problema como la hipertensión arterial que, según los propios autores del estudio, afecta a alrededor de 1.280 millones de personas en todo el mundo, aunque más de la mitad no está diagnosticada.
[Estas son las aceitunas más nutritivas de España: una 'bomba' de ácido oleico (y no engordan)]
El estudio publicado recientemente en China había descubierto que los sustitutos de la sal reducían el riesgo de infartos de miocardio, accidentes cardiovasculares y muertes prematuras. Ahora bien, ¿se podrían aplicar estas conclusiones al resto del mundo?
Para responder a esta pregunta, los mismos investigadores hicieron un rastreo de bases de datos de ensayos clínicos aleatorios publicados hasta finales de agosto del pasado año y que informaran sobre los efectos de un sustituto de la sal en la presión arterial, la salud cardiovascular y la muerte prematura. De esta manera, obtuvieron 21 ensayos clínicos internacionales en los que participaron casi 30.000 personas, realizados en Europa, la región del Pacífico occidental, América y el sudeste asiático.
Unos resultadores esperanzadores
La presión arterial nos la indica tanto la fuerza con la que el corazón bombea la sangre por el cuerpo —que se conoce como sistólica, y es la más alta—, como la que se produce cuando el corazón se llena de sangre, la diastólica. El análisis de los datos agrupados mostró que los sustitutos de la sal redujeron la presión arterial en todos los participantes. Así, la reducción global de la presión arterial sistólica fue de 4,61 mm Hg y la reducción global de la presión arterial diastólica fue de 1,61 mm Hg
Para ayudar a reducir la presión arterial, el cloruro de sodio se sustituye por cloruro de potasio en los sustitutos de la sal. El estudio comprendió entre un mes y cinco años, tiempo suficiente en el que los investigadores comprobaron que la proporción de cloruro de sodio en los sustitutos de la sal variaba del 33% al 75%; mientras que la de potasio oscilaba entre el 25% y el 65%.
En relación con ambos datos, la comparativa apuntaba a que cada 10% menos de proporción de cloruro de sodio en el sustituto de la sal se producía un descenso mayor de 1,53 mmHg en la presión arterial sistólica y un 0,95 en la presión arterial diastólica.
Otra de las conclusiones importantes a las que llegaron es que la presión arterial resultaba ser constante. Esto es, no dependía en ningún momento de la geografía, la edad, el sexo, los antecedentes de hipertensión, el peso (IMC), la presión arterial de partida y los niveles de sodio y potasio en la orina que tuviera la persona.
Un estudio al azar
El aumento de potasio en la dieta no fue seguido de ningún daño para la salud, o así lo demostraron las pruebas obtenidas por esta investigación. Sí que observaron que los resultados de cinco de los ensayos elegidos —que suponían más de 24.000 participante— mostraron que los sustitutos de la sal redujeron los riesgos de muerte prematura por cualquier causa en un 11%, de enfermedad cardiovascular en un 13%, y los riesgos de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular en un 11%.
Ante las posibles críticas que puedan recibir debido al acaso de su estudio, los autores se defienden del siguiente modo: "Es poco probable que estos resultados reflejen el juego del azar y apoyamos la adopción de sustitutos de la sal en la práctica clínica y en la política de salud", reconocen en declaraciones a BMJ Journals. Apoyándose en sus resultados, insisten en que "reducir la ingesta de sodio sumado a un aumento de potasio en la dieta" puede prevenir mejor las enfermedades cardiovasculares.
"Tanto dentro de China como fuera de ella", aseguran para recalcar el carácter internacional de su publicación. También han reafirmado la generalización del efecto protector cardiovascular al reducir la presión arterial, pues se trata del "mecanismo por el que los sustitutos de la sal confieren su protección cardiovascular".