Cuatro tazas de té diarias se relacionan con un descenso de un 17% en el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 a diez años vista. Esto es lo que han determinado investigadores chinos a partir de una amplia revisión sistemática acompañada de metaanálisis, que abarcó 19 estudios de cohorte con más de un millón de participantes en ocho países. El té negro (oxidado), el verde (sin oxidar) y el Oolong (oxidado parcialmente) otorgarían la misma protección, según los datos presentados en el Encuentro Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
"Nuestros resultados son muy emocionantes, porque apuntan a que la gente podría hacer algo tan sencillo como beber cuatro tazas de té al día para reducir potencialmente el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2", explica la autora principal del trabajo, la Dra. Xiaying Li de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Wuhan (China).
Los beneficios de los compuestos antioxidantes, antiinflamatorios -relacionados con una reducción del riesgo cardiovascular y la hipertensión- y anticancerígenos del té se conocen desde hace décadas, pero la relación entre su consumo habitual y la prevención de la diabetes no ha sido dilucidada hasta ahora. El principal motivo se encuentra en las divergencias de resultados en los estudios, algo que los investigadores se plantearon definir con más precisión tras aplicar el metaanálisis.
En primer lugar, estudiaron los datos extraídos de la Encuesta China de Salud y Nutrición (CHNS) relativos a 5.199 adultos (2.583 hombres y 2.616 mujeres) sin antecedentes de diabetes y con una edad media de 42 años. Elaborada entre 1997 y 2009, se diseñó como un estudio prospectivo y multicéntrico que tuviera en cuenta factores socioeconómicos y hábitos saludables de los habitantes de nueve provincias chinas. El 46% de los participantes, 2.379, declaraban beber té, y a finales del estudio, un 10% del total (522) había desarrollado diabetes de tipo 2.
Los resultados de la encuesta china no mostraban una influencia del té en el riesgo de sufrir diabetes. Para ampliar la base de datos, los investigadores ampliaron la revisión a otros estudios que abarcaban hasta 1.076.311 participantes, de ocho países en tres continentes (Asia, Europa y América), y el consumo de los tres tipos de té previamente mencionados. En este segundo paso, sí se pudo asociar el consumo de té con la prevención de la enfermedad: cada taza diaria reduciría el riesgo un 1%.
El dato más importante, sin embargo, es que los individuos que tomaban de una a tres tazas diarias reducían el riesgo diabético un 4% en comparación con los que no tomaban ninguna. Pero si tomaban cuatro, el riesgo se desplomaba un 17%. "Aunque hay que seguir investigando para determinar la dosis exacta y qué mecanismos explican estas observaciones, nuestros resultados sugieren que beber té es beneficioso para reducir el riesgo de diabetes de tipo 2, pero solo en dosis altas", señala Li.
Esta protección, destaca, se daría independientemente del sexo de la persona y sus circunstancias ambientales. "Es posible que determinados componentes del té, como los polifenoles, reduzcan los niveles de glucosa en sangre. Pero se necesitaría una cantidad suficiente de estos compuestos bioactivos para que sean eficaces. También puede explicar por qué no encontramos una asociación entre el consumo de té y la diabetes de tipo 2 en nuestro estudio de cohorte, porque no observamos un mayor consumo de té", valora la investigadora.