Los compuestos antioxidantes, como los polifenoles, son unos de los motivos por los que los especialistas recomiendan una 'dieta basada en plantas'. Famosos por su efecto 'antienvejecimiento' al combatir los radicales libres que provocan la oxidación de las células, también reducen la inflamación crónica, lo que mejora la salud cardiovascular y metabólica, y contribuyen a una mayor longevidad.
Si preguntásemos por los alimentos antioxidantes más populares, seguramente los arándanos toparían la lista, seguidos por otros cada vez más conocidos, seguidos por los frutos rojos, la granada o la remolacha. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Cornell (Nueva York, EEUU) y publicado en la revista Nutrients ha identificado qué alimento se pone a la cabeza en el recuento de estos compuestos: los pistachos.
Para identificar cuáles serían los mecanismos involucrados en los efectos beneficiosos del consumo de pistachos, los investigadores se marcaron tres objetivos. El primero sería identificar la composición de las sustancias fitoquímicas del pistacho, unos compuestos vegetales que se relacionan con la prevención de las enfermedades crónicas y la salud general. El segundo, medir el poder antioxidante de estos frutos secos; y el tercero, determinar si el extracto de estos bioquímicos podría inhibir el crecimiento celular de tumores de mama, hígado y colon en laboratorio
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Al aplicar dos escalas para medir el nivel de antioxidantes - la Capacidad de Absorción de Radicales de Oxígeno (ORAC), y la Actividad Celular Antioxidante (CAA)-, los investigadores detectaron niveles muy elevados de actividad antioxidante. "Es muy emocionante", explica el Dr. Rui Hai Liu, profesor de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Cornell. "Cuando comparamos su actividad con los niveles de otros alimentos comúnmente considerados "bombas" de antioxidantes, vimos que eran superiores a los del arándano, frambuesas o remolachas".
"Pensamos que la elevada actividad antioxidantes de los pistachos se debe a su combinación única de compuestos, que incluyen la vitamina E, los carotenoides, los fenoles y los flavonoides", prosigue el investigador. "La interacción entre estos antioxidantes beneficiosos, los compuestos bioactivos y el resto de nutrientes es lo que a todas luces contribuye a los múltiples beneficios para la salud que asociamos en los estudios de los últimos años al consumo de pistachos".
Entre los 'familiares' de la vitamina E que se pueden encontrar en estos frutos secos están distintos tipos de tocoferoles, que se suman al efecto de los carotenoides -pigementos vegetales que dan el color a la fruta y actúan como antioxidantes- como la luteína y la zeaxantina, y a los fenoles y flavonoides. Esto, según los ensayos con las escalas ORAC y CAA, se traduce en una mayor capacidad de absorción del efecto antioxidante por parte de las células. Además, recuerdan los investigadores, son fuente de proteína vegetal, fibra, vitamina B6, fósforo, tiamina y cobre.
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Por último, los investigadores analizaron el efecto de los extractos fitoquímicos del pistacho en la proliferación de células cancerígenas de los tres tumores descritos anteriormente. In vitro, demostraron tener un potente efecto antiproliferativo, en especial frente al cáncer de mama en seres humanos. Poro otro lado, no demostraron citotoxicidad -daño a la células-, lo que los investigadores consideran una línea prometedora de investigación y relacionan con la menor incidencia del cáncer observada en las personas que consumen frutos secos y semillas a diario.