Sí, los bocadillos se encuentran por todo el mundo, pero algunos de ellos son típicos de España: a ver quién rellena uno de estos con una porción de tortilla de patata y pimientos si no es un español. Eso sí, deberíamos tomarlos como un plato especial y no de manera sistemática para merendar o cada vez que no sabemos qué comer. Si nuestra dieta es saludable de manera habitual —tomamos bastantes productos vegetales y hacemos ejercicio físico— no tenemos por qué temerlos.
Ahora bien, los que más nos gustan en España no siempre son los más saludables y es que estos tienen una característica en común: suelen estar rellenos de carnes procesadas, o embutidos. Sin duda, estos derivados de la carne son algunos de los alimentos que se elaboran en España que más nos gustan, pero por desgracia la Organización Mundial de la Salud (OMS) los ha colocado en el punto de mira. En el año 2015 este organismo declaró que las carnes procesadas contaban con evidencia suficiente de causar cáncer en humanos.
Y, concretamente, el cáncer con el que más se relacionan estos alimentos es con el de colon y recto. Este cáncer es, además, el que más se detecta en España: el año pasado se produjeron 43.581 casos nuevos de este cáncer y se trata de un tumor que ha ido aumentando su incidencia en las últimas décadas. En este artículo de EL ESPAÑOL, el nutricionista Julio Basulto explicó que el 25% de los casos de estos cánceres de colon y recto estaban provocados por el consumo de carnes rojas y procesadas. Un dato positivo: el 90% de los casos de este cáncer se cura si se detectan a tiempo y, por eso, es esencial participar en los programas de cribado.
A continuación, tres de tus bocadillos favoritos que arrasan tu colon.
El de lomo y queso
Es pronunciar su nombre y empezar a salivar. El bocata de lomo-queso es, sin duda, uno de nuestros favoritos desde la infancia y uno de los más reconocidos en España. Repetimos: no está mal disfrutar de él de vez en cuando y si el resto de tu dieta no es un desastre. Pero ¡ojo! porque el lomo es una de las carnes que con más frecuencia se procesa.
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Que si ahumado, que si adobado, que si curado… La mayoría del lomo que nos ponen entre dos panes ha sido sometido a algún tipo de transformación para hacerlo más sabroso y, por desgracia, esto contribuye a aumentar el riesgo de padecer un cáncer colorrectal. Este bocado, además, aporta poquísima fibra, un problema si tenemos en cuenta que el pan que solemos consumir con este bocata es de harinas refinadas.
El de jamón serrano
El bocadillo de jamón serrano es —con permiso del de tortilla de patatas— el más español de todos ellos. Este embutido se ha ganado la simpatía de muchas de las personas que viven y que visitan nuestro país gracias a su sabor, aunque, como pasa con cualquier alimento, existen algunos de mayor o de menor calidad.
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Del jamón serrano y, sobre todo, del ibérico se ha dicho con frecuencia que es saludable. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Si bien es verdad que cuenta con algunas grasas saludables y compuestos beneficiosos —normalmente, más abundantes en los más caros—, nuestro preciado jamón es una carne procesada y, por lo tanto, abusar de él puede tener una fatal consecuencia. Como siempre, en pequeñas cantidades y de vez en cuando puede ser un manjar por el que no tenemos que sentir culpabilidad.
El perrito caliente
De los bocadillos que forman parte de esta lista, éste es, sin duda, el menos propio de nuestra cultura. Pero los españoles hemos acogido a esta receta como una más entre los bocadillos que más nos gustan. Al fin y al cabo se trata de una carne procesada metida entre dos panes: una salchicha de Frankfurt —una de las carnes procesadas con peor reputación— y un pan que se asemeja más a un bollo.
La salchicha de Frankfurt está elaborada históricamente con carne de cerdo, pero en los últimos años ningún animal se resiste a la máquina picadora. Sí, estas salchichas son un conglomerado de carne, grasas y partes menos nobles del animal junto con varios aditivos para potenciar su sabor. Además, luego están cocidas o ahumadas. Este es, probablemente, el bocadillo que deberíamos evitar con más ahínco.