Si vas al supermercado durante cualquier época del año, encontrarás langostinos sin ningún problema. Sin embargo, es en diciembre cuando la fiebre por llevarlos a casa en España llega a su punto álgido; la Navidad no se entiende en nuestro país sin poner estos crustáceos sobre la mesa. Los langostinos son un alimento saludable y, además, uno de los mariscos más asequibles. De hecho, seguramente se trate de uno de los bocados más saludables de esta temporada, teniendo en cuenta el abuso de alcohol y dulces que se produce durante las fiestas.
La popularidad de este marisco ha llegado a puntos tan altos que ya es posible encontrar en los supermercados su falsificación: se trata de las colas sabor langostino. Tanto por su forma como por su sabor, este producto podría llegar a confundirnos, pero en realidad no lleva entre sus ingredientes nada de langostino. Pero, ¿de qué están hechas entonces? De un viejo conocido llamado surimi. Sí, el mismo ingrediente que es el componente principal de los palitos de cangrejo —que tampoco tienen nada de cangrejo—.
El principal problema del surimi es que la gente suele pensar que se trata de un alimento saludable porque durante años se ha promocionado como un alimento perfecto para poner en las ensaladas e, incluso, hacer una dieta de adelgazamiento. Sin embargo, se trata de un producto ultraprocesado y, por este motivo, su consumo se ha asociado con algunas enfermedades e, incluso, un mayor riesgo de mortalidad. Si alguien tiene dudas sobre si el surimi es un producto ultraprocesado, no tiene más que observar la lista de sus ingredientes.
Como una salchicha
El surimi no lleva nada de marisco, salvo algunos aromas en ciertos casos. Lo que sí lleva es una pasta de carne de pescado a la que se le añaden varios ingredientes, entre los que están el azúcar, la albúmina de huevo, almidones, aceites refinados, proteínas vegetales y varios aditivos. "Lo que se hace es quitar las partes nobles [del pescado] y utilizar el resto. Es como una salchicha Frankfurt del mar. No meten la cabeza ni los ojos del pescado, pero utilizan las partes más baratas y menos ricas", explicaba Pablo Zumaquero, dietista-nutricionista, en este artículo de EL ESPAÑOL.
Por supuesto, no es posible comparar el marisco o el pescado con sus imitaciones hechas con surimi. Esto se debe a que la pasta de surimi tiene un porcentaje muy bajo de pescado y la mayoría son esos ingredientes de relleno que sirven para dar forma a esta masa. En este sentido, los langostinos son alimentos bajos en grasas y las que contienen se consideran cardiosaludables, son una fuente de proteínas de alta calidad —tienen hasta un 20% de este macronutriente— y, además, cuentan con pocas calorías.
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Es decir, que los langostinos de verdad son un alimento apto para las dietas para adelgazar y también para las dietas saludables. Los langostinos contienen una buena cantidad de colesterol y, por eso, se ha pensado que no son buenos para el corazón. Sin embargo, esto no es del todo cierto: lo que realmente eleva el riesgo de padecer hipercolesterolemia son las grasas saturadas que contenga un alimento y no el colesterol. Las cantidades de grasas saturadas presentes en los langostinos son muy bajas.
Diferencias
La principal diferencia entre los nutrientes de los langostinos y los del surimi se encuentra en los hidratos de carbono: estos crustáceos no contienen este nutriente y en el caso de la pasta de pescado llega a alcanzar casi un 10% de la composición. Esto se debe a que el segundo alimento contiene almidones y azúcares. En cuanto a las grasas, ninguno de los dos productos contiene porcentajes altos —los langostinos, un 1,4%, y el surimi, cerca de un 4%—, pero es importante destacar de dónde proceden las grasas de la pasta de pescado: de aceites refinados.
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Más del 20% de los langostinos está formado por proteínas que se absorben con facilidad y, además, contienen todos los aminoácidos esenciales. Es decir, se trata de una buena fuente de este macronutriente que es imprescindible en la alimentación. El porcentaje de proteínas en el surimi, sin embargo, no es tan alto y se encuentra en torno al 8%. Además, estas proteínas proceden del pescado con el que se hace la pasta, pero también de las proteínas vegetales añadidas que suelen tener falta de algunos aminoácidos esenciales.
De todas formas, la razón por la que normalmente se compra el surimi en vez del marisco original es el precio. ¿Cuánta es realmente la diferencia de precio entre uno y otro? Por lo general el surimi es más barato que los langostinos, pero el precio de la pasta de pescado varía mucho dependiendo de la marca y de si está ultracongelado o refrigerado. Algunas de las marcas más caras de surimi superan los 16 euros por cada kilo de producto, pero en las marcas blancas suele costar alrededor de 7 euros el kilo. A medio camino entre ambos se encuentran los langostinos cocidos en caja: un kilo suele costar unos 10 euros.