El consumo de café ha demostrado tener diversos y consistentes beneficios para la salud, incluso para las personas con problemas cardíacos y elevado riesgo cardiovascular en general. Aunque se suele pensar lo contrario, el café no está contraindicado cuando se sufre hipertensión arterial. Sin embargo, es muy importante en estos casos controlar la dosis de café que ingerimos.
Así lo señala un nuevo trabajo publicado en el Journal of the American Heart Association, cuyas con se puede beber café si se sufre hipertensión, pero si no está bien controlada, el café puede duplicar el riesgo de muerte.
En investigaciones previas ya se habría sugerido que beber una taza de café al día puede ayudar a reducir el riesgo cardiovascular incluso en aquellas personas que ya han sufrido un infarto de corazón, pudiendo así prevenir infartos posteriores. Así mismo, tomar una taza diaria también reduciría el riesgo de eventos cardio y cerebrovasculares en personas sanas.
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Por su parte, otros trabajos apuntan a que beber café regularmente puede reducir el riesgo de sufrir diversas enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Además, ayudan a controlar el apetito, reducen el riesgo de depresión o aumentan el estado de alerta. Por el momento no se sabe si estos beneficios se deben solo a la cafeína o a la combinación con otras sustancias naturalmente presentes en el café.
Pero también existe la otra cara de la moneda: un exceso de café puede aumentar la tensión arterial y dar lugar a ansiedad, palpitaciones e insomnio en determinadas personas. Para discernir ambos extremos, el Dr. Hiroyasu Iso y sus colegas quisieron indagar sobre los efectos protectores del café en una población determinada, como es el caso de los pacientes diagnosticados de hipertensión en diferentes grados. Además, lo compararon con otra infusión extremadamente popular, el té.
Actualmente la Asociación Estadounidense del Corazón y el Colegio Estadounidense de Cardiología clasifican la hipertensión como una lectura de tensión arterial superior a 130/80 mmHg. Cabe destacar, sin embargo, que en España esta clasificación empieza a partir de 140/80.
Para el estudio, se usaron criterios de tensión arterial ligeramente diferentes, dividiendo a los pacientes en cinco grupos, cuyos valores se asemejan más a la clasificación española y europea:
- Tensión óptima y normal: menos de 130/85 mmHg.
- Tensión alta, pero normal: 130-139/85-89 mmHg.
- Hipertensión de grado 1: 140-159/90-99 mmHg.
- Hipertensión de grado 2: 160-179/100-109 mmHg.
- Hipertensión de grado 3: superior a 180/110 mmHg.
Tanto la hipertensión de grado 2 como de grado 3 se consideraron "hipertensión grave" en este estudio.
En total se analizaron 6.570 hombres y más de 12.000 mujeres de entre 40 y 79 años, que participaron en el estudio de cohorte colaborativo de Japón para la evaluación del riesgo de cáncer. Este gran estudio prospectivo se inició entre 1988 y 1990 con adultos que vivían en 45 comunidades diferentes. Los participantes proporcionaron sus datos a través de exámenes de salud y encuestas completadas por ellos mismos para evaluar su estilo de vida, dieta e historial médico.
Durante los más de 19 años de seguimiento del estudio hasta su conclusión en 2009, se documentaron 842 muertes relacionadas con las enfermedades cardiovasculares. Asimismo, se pudieron determinar algunas relaciones con el consumo de café y té:
- Beber dos o más tazas de café al día se asociaría con el doble de riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en personas con cifras de tensión arterial de 160/100 mmHg, o más, en comparación a los que no bebían café. Es decir, en pacientes diagnosticados de hipertensión grave.
- Beber una taza de café al día no se asociaría con un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en ninguna categoría de tensión arterial.
- El consumo de té verde no se asoció con mayor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en ninguna categoría de tensión arterial. Aunque, recordemos, el té verde contiene también 30-50 mg de cafeína (conocida como teína). Un café de 200 ml contiene alrededor de 80-100 mg de cafeína.
Según comentan los investigadores, estos hallazgos respaldarían la recomendación de evitar beber café en exceso si se sufre hipertensión grave, dado que estos grados de hipertensión son más susceptibles a los efectos de la cafeína. Podría darse el caso de que los perjuicios superen a los beneficios en este tipo de pacientes.
Por otro lado, el estudio encontró que aquellas personas que consumían café de forma más frecuente tenían más probabilidades de ser jóvenes, fumadores y bebedores, además de tender a consumir menos vegetales y poseer niveles más elevados de colesterol total.
Así mismo, tendían a poseer una tensión arterial sistólica (la "alta") más baja, independientemente de la categoría de tensión arterial en la que se encontrasen. Y los beneficios del té verde podrían explicarse por la presencia de polifenoles, micronutrientes con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.