Los frutos secos siempre aparecen cuando se habla de alimentos esenciales para una dieta equilibrada y saludable. La razón es que estos alimentos ofrecen proteínas, vitaminas, minerales y sobre todo, grasas saludables. De esto saben mucho los pistachos, que en muchas ocasiones parecen jugar en segunda liga por detrás de cacahuetes y nueces, sin embargo, su valor nutricional daría para formar parte del dream team.
Por cada 100 gramos de pistachos, el cuerpo obtiene 611 kilocalorías, 51,6 gramos de grasa (de las cuales saturadas son 6,8 gramos), 17,6 gramos de proteína, 15,7 gramos de hidratos de carbono, 6,5 gramos de fibra, 180 miligramos de calcio, 180 miligramos de hierro, 122 miligramos de magnesio, 811 miligramos de potasio, 390 miligramos de fósforo y 5,2 miligramo de vitamina E.
La grasa saludable presente en los pistachos puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular, reducir el colesterol malo y aumentar el colesterol bueno. Esta grasa también es una muy buena fuente de ácidos grasos mono y poliinsaturados, que pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
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Además, los pistachos contienen una importante cantidad de ácidos grasos omega-3. Estos tienen un papel importante en el mantenimiento de la salud general del corazón, el cerebro y los ojos. De igual modo, estas grasas pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión y algunos tipos de cáncer.
"Una ración de pistachos cubre el 15% de la ingesta diaria recomendada de fósforo, un mineral que contribuye al mantenimiento de los huesos y las articulaciones", señala Concepción Martínez, dietista-nutricionista.
Cuida tu corazón
Estos frutos secos cuentan con un alto contenido en grasas insaturadas, según el propio Ministerio de Sanidad, predominando el ácido oleico, que además de reducir el nivel de colesterol total, colesterol LDL (malo), también disminuye la cantidad de triglicéridos y la tensión arterial, por lo que son beneficiosos para la salud cardiaca, gracias a su contenido en fitoesteroles, arginina, resveratrol y luteína.
Los pistachos no tienen colesterol y la cantidad de grasas saturadas que tienen es baja. Sus beneficios para el corazón han sido varias veces respaldados por la ciencia. En concreto, un estudio destacó que una dieta en la que el 15% de calorías consumidas lo sean en forma de pistachos, durante cuatro semanas, mejora positivamente algunos perfiles de lípidos en personas con hipercolesterolemia moderada, reduciendo además el riesgo de enfermedad coronaria.
La recomendación general es comer una porción de pistachos de una a dos veces por semana. En concreto, una porción equivalente a una onza (aproximadamente 28 gramos) de pistachos, es decir, unos 49 pistachos por porción. Esta cantidad contiene unas 170 calorías y 9 gramos de grasa.
Ayudan a adelgazar
La grasa de los pistachos también contribuye a una mayor sensación de saciedad, un efecto que potencia su contenido en fibra y proteínas. Esto puede ayudar a mantener un peso saludable y disminuir el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con el peso como la obesidad o la diabetes tipo 2.
Alivia las migrañas
El magnesio que contienen los pistachos puede aliviar las migrañas, tal y como señala un estudio realizado por científicos de la Universidad de Ciencias Médicas de Tabriz, Irán. La clave parece estar en que el magnesio contribuye a la conservación del potencial eléctrico de las neuronas, por lo que una deficiencia del mismo puede provocar complicaciones neurológicas como la migraña.
Sustitutos de la carne
Este fruto seco también esconde otros secretos, como que es uno de los alimentos no lácteos que más calcio contiene. También cuenta con una gran cantidad de proteína, hasta el 18% de su contenido, incorporando además todos los aminoácidos esenciales. Por eso este fruto seco es el complemento perfecto en las dietas veganas, para suplir la proteína de la carne. Investigaciones como la llevada a cabo por investigadores como Ramon Estruch consultor del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del estudio sobre Prevención con Dieta Mediterránea, señalan al pistacho como una proteína completa como la quinoa, la soja o los garbanzos.