A pesar de que en España y en otros países del sur de Europa la Dieta Mediterránea es el estándar de la alimentación "saludable" con la que se comparan todos los patrones alimentarios, no es la única que goza de tan buena fama. Para otros países en los que cuesta encontrar algunos alimentos básicos en nuestra gastronomía, como el aceite de oliva virgen extra, los especialistas han tenido que determinar qué comidas benefician más a la población sin dejar de ser asequibles.
De hecho, y según un reciente estudio publicado en JAMA Internal Medicine, existirían otros tres patrones alimentarios que podrían competir con nuestra alimentación. Todos ellos comparten una serie de características específicas destinadas a reducir la mortalidad y aumentar la calidad de vida.
Así lo afirman los investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard. Los participantes que obtuvieron una puntuación alta en el cumplimiento de cualquiera de los cuatro patrones saludables estudiados tenían una menor probabilidad de mortalidad por cualquier causa, y sobre todo una menor probabilidad de mortalidad cardiovascular, por cáncer o por enfermedades respiratorias.
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Como explica Frank Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología y presidente del Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, y autor principal del actual estudio, "las Guías Alimentarias de los Estados Unidos tienen como objetivo proporcionar consejos dietéticos basados en la ciencia, que promuevan la buena salud y reduzcan las principales enfermedades crónicas. Por lo tanto, es fundamental examinar las asociaciones entre los patrones dietéticos recomendados por estas guías y los resultados de salud a largo plazo, especialmente en la mortalidad".
De hecho, las mencionadas guías estadounidenses se focalizaron recientemente en recomendar múltiples patrones de alimentación saludables, y no un único patrón especial. Serán válidos siempre que estén enfocados a una mejor salud y menor riesgo de mortalidad prematura.
Así pues, durante el actual estudio, los investigadores usaron datos de salud recopilados durante 36 años de 75.230 mujeres que participaron en el Estudio de Salud de Enfermeras, y de 44.085 hombres que participaron en el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. Todos los participantes estaban libres de enfermedades cardiovasculares o cáncer al inicio del estudio, y todos completaron cuestionarios dietéticos cada cuatro años.
La información obtenida se calificó en función de cada uno de los cuatro índices de patrones dietéticos:
- Índice de Alimentación Saludable 2015.
- Dieta Mediterránea Alternativa.
- Índice de Dieta Basada en Plantas.
- Índice de Alimentación Saludable Alternativo.
En todos los casos existen características similares y compartidas: consumo de granos integrales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres. Otros componentes difieren según los diferentes patrones alimentarios.
Según los datos del estudio, una puntuación más alta en al menos uno de estos cuatro índices se asociaría con un menor riesgo de mortalidad prematura por cualquier causa, y en especial por enfermedad cardiovascular, cáncer o enfermedad respiratoria.
Así mismo, las puntuaciones más altas en los patrones de Dieta Mediterránea y Alimentación Saludable Alternativa se asociaban también con un menor riesgo de mortalidad por enfermedad neurodegenerativa.
Las guías estadounidenses de 2015-2020, y las actuales de 2020-2025 recomiendan múltiples patrones de alimentación saludable, adaptables a tradiciones y preferencias alimentarias individuales. Habitualmente, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y Agricultura (USDA) de los Estados Unidos actualizan estas pautas cada cinco años.
Los investigadores responsables del actual estudio sugieren que estos hallazgos podrán ayudar al Comité Asesor de Pautas Dietéticas 2025-2030, que ya se está formando para evaluar la evidencia actual sobre diferentes patrones alimentarios y sus efectos sobre la salud.