La moda de mezclar el alcohol con agua con gas: ¿realmente quita la resaca y ayuda a adelgazar?
Mezclar el alcohol con agua con gas en vez de con refrescos puede ayudar a estar más hidratado y ahorra el azúcar, pero ni evita la resaca ni es saludable.
14 enero, 2023 02:11Las personas que beben whisky con agua en España son consideradas como tipos duros de pelar. La gran mayoría de nosotros preferimos nuestras copas mezcladas con un refresco bien dulzón —o amargo en el caso de los gin tonics—que oculte parte del intenso sabor a alcohol. Sin embargo, se está produciendo un resurgir de las copas mezcladas con agua, especialmente, con agua con gas. ¿Por qué? Teóricamente, porque son supuestamente más saludables y evitarían la terrible resaca del día siguiente. Pero, ¿es esto cierto?
Vale, cuando mezclamos con agua con gas nuestras copas estamos evitando el aporte de azúcares libres de los refrescos. No es ningún secreto que el abuso de azúcar se vincula con el sobrepeso y la obesidad, amén de enfermedades cardiovasculares e, incluso, oncológicas a largo plazo. Sin embargo, mientras una bebida tenga alcohol, no puede considerarse saludable: menos aún si hacemos un consumo abusivo de ellas pensando que hacen un menor daño a nuestro organismo. Por supuesto, tampoco ayuda a adelgazar, pues las bebidas alcohólicas tienen muchas calorías pero no están asociadas a nutrientes interesantes para la salud.
El alcohol es, por desgracia, una sustancia muy normalizada a nuestro alrededor y, por eso, pensamos que es menos peligrosa de lo que es: la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año mueren tres millones de personas en todo el mundo a causa de esta sustancia. Se asocia con accidentes de tráfico, lesiones, más riesgo de sufrir violencia, enfermedades cardiovasculares, mentales y neurológicas y, por supuesto, con el cáncer. El consumo de alcohol es un factor de riesgo para algunos cánceres, como el de colon o el de cabeza y cuello. En 2018 el alcohol fue la causa de 92.000 cánceres que terminaron con el fallecimiento del paciente en Europa.
Ni moderación ni remedios
Es decir, el alcohol es una bebida cancerígena, adictiva y relacionada con múltiples causas de mortalidad y, por eso, en ningún caso se puede considerar saludable. Cada vez más expertos evitan recomendarlo incluso en cantidades "moderadas": el mito de la copa de vino diaria para aumentar la longevidad ha resultado ser falso. De todas formas, no es el único mito que existe con respecto a las bebidas alcohólicas y uno de los más frecuentes tiene que ver con la sensación de malestar que se experimenta al día después de consumirlo en exceso.
No hay escapatoria a la resaca, salvo no haber bebido alcohol. En este sentido, el mercado está lleno de productos que prometen curar estos síntomas. Desde polvos solubles en agua hasta supuestas píldoras milagrosas que prometen eliminar el 70% del alcohol que ingieres, como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL. Los expertos comparten la misma opinión para todos estos remedios: se trata de productos con mucho márketing, pero con muy poca ciencia detrás. Ahora bien, ¿y los remedios más tradicionales?
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El tratamiento estándar que solemos procurarnos nosotros mismos cuando sufrimos una de estas resacas es simple: descanso, beber mucha agua y analgésicos. Estos remedios no curan la resaca, pero pueden ayudar a soportar los síntomas como el dolor de cabeza, el cansancio o la deshidratación. Sin embargo, poco se puede hacer por los mareos o la sensación de malestar general. Lo que sí está claro es que es importante beber agua si tenemos resaca, pero parece que beberla con alcohol no evitará la resaca al día siguiente.
Deshidratación
Uno de los efectos más conocidos del alcohol sobre el organismo es su capacidad para deshidratarlo. Eso sí, este no es el desencadenante de los males asociados a la resaca. "El alcohol nos hace orinar con más frecuencia debido a su carácter diurético, por lo que beber alrededor de cuatro copas puede eliminar entre 600 y 1.000 mililitros de agua del cuerpo", explica este artículo de EL ESPAÑOL. Pero, además, el consumo de alcohol puede provocar deshidratación por otras vías: vómitos, diarreas y más sudoración.
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Las personas que experimentan la deshidratación por el alcohol pueden sentirse cansadas, sedientas, mareadas y con la boca seca. Beber agua junto con el alcohol puede mitigar estos síntomas y, también, al día siguiente. De todas formas, también es importante reponer sales minerales que se pierden en este proceso. Sin embargo, sufrir o no los síntomas generales de la resaca tiene más que ver con la cantidad de alcohol que tomamos en total y, también, a la velocidad que lo hagamos.
Es decir, que a pesar de mezclar con agua, si tomamos demasiadas copas vamos a experimentar igualmente una resaca. Si, además, bebemos alcohol demasiado rápido también podremos tener lagunas de memoria al día siguiente. Tal y como se explica en este otro artículo de EL ESPAÑOL, las lagunas de memoria suelen aparecer cuando se ha superado el 0,16% de alcohol en sangre. "Las altas tasas de alcoholemia bloquean el paso de recuerdos de memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. Este fenómeno se llama consolidación de la memoria y sucede en el hipocampo".