Los cafés monodosis irrumpieron en los desayunos de miles de españoles para quedarse, hasta el punto de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) incluyó en 2017 las cápsulas, como uno de los productos más consumidos, para calcular la denominada cesta de la compra. Unas cápsulas cuyos componentes se indican en la etiqueta, incluyendo la intensidad del café y la cantidad de cafeína.
Sin embargo, según señala Mario Sánchez, tecnólogo Alimentario, en sus redes sociales: "Una cápsula contiene aproximadamente entre 55 y 60 miligramos de cafeína, pudiendo aumentar hasta los 90 miligramos, según Nespresso. Sin embargo, según han descubierto un grupo de investigadores, las cápsulas contenían una cantidad diferente de cafeína de la que pone en su envase".
Al trabajo al que se refiere, realizado por científicos de la Universidad de Griffith, Australia, se realizó analizando distintas variedades de cafés de Nespresso como kazaar, caramel, fortissio, vivalto, vanilo, ciocattino, ristretto, volluto o dulsao y distintos tipos de cápsula. El resultado fue que el contenido de cafeína varía considerablemente en la gama de cápsulas Nespresso y de los valores de cafeína informados por el fabricante.
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Los científicos explican que el consumidor no puede pronosticar la ingesta de cafeína utilizando la "clasificación de intensidad" del sabor de la cápsula Nespresso ni puede guiarse por la cantidad de cafeína que señala el envase, por lo menos durante la investigación, que fue publicada en 2018.
Parte de la variación de la cafeína observada en estas cápsulas se asocia con el tamaño de la porción seleccionada. El aumento del tamaño de la misma, es decir, en el caso de las cápsulas más grandes, resultó tener una mayor dosis de cafeína. Aunque también destacan que para el consumidor individual, esta diferencia es sutil y es poco probable que contribuya a un impacto notable y/o significativo en la salud o el rendimiento.
Concentración en dosis
Tanto Sánchez como los investigadores coinciden en señalar que es complicado conseguir con exactitud la misma proporción en cada cápsula, es decir, en todos los alimentos elaborados es muy complicado garantizar que, en todos los envases y lotes, que en cada producto se encuentra la cantidad exacta de un nutriente concreto. Por eso es mejor siempre contar con una horquilla para anticipar la variabilidad en el producto.
En el caso del café de Nespresso, los valores del fabricante informan ya de una variación de alrededor de 60 miligramos entre las diferentes variedades de vainas, indicando que las cápsulas contienen diferentes proporciones de granos de Arábica (que tiene menos cafeína) y robusta (que contiene más). Los cafés molidos preparados comercialmente, muestran una variación considerable de la cafeína dentro de la bebida, y el café en cápsulas en concreto, de promedio contenía menos cafeína (alrededor de 40 miligramos por porción) que la que se encuentra en las los cafés de tipo expreso, de máquina o de cafetera, que contiene alrededor de 80 miligramos.
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Pero este no es el único inconveniente que tienen estas cápsulas, no solo contienen menos cafeína que una taza de café molido de cafetera o de máquina, también pueden esconder azúcar, una cantidad de cafeína inexacta y riesgos medioambientales. Un ejemplo son algunos de los monodosis que Nescafé comercializa bajo el nombre Dolce Gusto.
En concreto, la web SinAzúcar.org ha estimado que una sola de estas cápsulas contiene dos terrones de azúcar, según revela este artículo de EL ESPAÑOL. "Si no están mezcladas con leche o cacao, como el caso de las cápsulas catalogadas como cappuccino, estos recipientes ya preparados solo contienen café molido", insiste Javier Monge, tecnólogo alimentario.
"En algunos casos el azúcar contenido proviene de la lactosa de la leche en polvo que le añaden", añade José María Puya Braza, dietista y tecnólogo alimentario. En el blog del divulgador científico y creador del blog Alimentología Cruda, analiza en profundidad el estudio sobre la cantidad de cafeína según la marca y según el análisis. Asimismo, cree que estas conclusiones pueden aplicarse a la mayoría de productos comerciales de café soluble y suplementos nutricionales que contienen cafeína.