Los fanáticos de la carne roja se cuentan por millones en España: desde los organizadores de barbacoas hasta los que siempre piden entrecot para compartir. Por desgracia, este tipo de carne atraviesa uno de sus peores momentos desde que su consumo se ha relacionado con problemas para la salud y su sobreproducción, con el calentamiento global. Por eso, los expertos piden que la dejemos para las grandes ocasiones o, directamente, la evitemos. Pero, ¿cómo se hace eso en un país donde el filete con patatas es uno de los platos más venerados?
Pues recurriendo a otros alimentos igual de sabrosos y que aporten la cantidad suficiente de proteínas y otros minerales típicos de la carne roja, como el hierro. Los huevos o el pescado son un ejemplo perfecto: se pueden consumir más a menudo de lo que lo hacemos y tienen nutrientes importantes. Pero ¡ojo! Porque aunque pensemos que los alimentos de origen animal son los reyes de las proteínas, otros alimentos vegetales son igual de ricos en este nutriente y, además, son buenos para la salud. Es el caso de las legumbres.
Si no podemos tomar algo de carne roja todos los días, los españoles solemos cambiarla por carne blanca, y ninguna nos gusta tanto como la carne de pollo. Pero, ¿cómo sabemos qué carnes son blancas y cuáles rojas? Aunque se denominen de esta manera, su color puede llegar a confundirnos; también solemos pensar que las blancas son las carnes de ave, pero no todas lo son. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que "toda carne muscular de los mamíferos" es roja, pero la carne de conejo es blanca.
La OMS publicó un informe en el año 2015 en el que vinculaba el consumo habitual de carne roja con el riesgo de poder desarrollar algunos tipos de carne y, por eso, es importante saber qué tipo estamos comiendo. A continuación, tres carnes que pensábamos que eran blancas, pero en realidad son rojas.
El cerdo
La creencia de que la carne de cerdo es blanca sigue muy presente en muchos hogares de España, pero se trata de un falso mito. Aunque en algunas ocasiones se ha considerado que algunos cortes como el lomo de este animal sí que pertenece al grupo de carnes más saludables, los expertos denuncian que se trata de un mito. La OMS recoge en su informe de 2015 que el cerdo es una de las carnes rojas sospechosas de producir cáncer.
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Otro experto que ha denunciado esta creencia es Miguel Ángel Martínez-González, epidemiólogo de la Universidad de Navarra y principal investigador del estudio SUN, que, de hecho, considera que se trata de un mito con intereses comerciales, como se recoge en este artículo de EL ESPAÑOL. La carne de cerdo es la materia prima de muchas de las carnes procesadas, que tienen una mayor evidencia de carcinogenicidad.
El pato
Sí, aunque este animal tenga alas, la carne del pato es considerada como una carne roja. Por desgracia, en España solemos asociar la carne de las aves de manera automática con el grupo de carnes blancas y, por lo tanto, saludables. Sin embargo, un bocado de pato tiene unos valores nutricionales muy diferentes a los de pollo o pavo: su carne está considerada como una de las más grasas que existen.
La carne de este animal tiene un alto nivel energético, por cada 100 gramos de ella obtenemos hasta 337 kilocalorías. Esto se debe a que casi el 30% de su composición está formada por grasas, pero la mayor parte de esta se acumula justo debajo de la piel. Es decir, que si la retiramos podemos reducir significativamente la cantidad de grasa que obtenemos. Si nos fijamos, la carne cruda de pato tiene un intenso color rojo.
El cordero
Sobre el cordero existe también un mito en cuanto a la clasificación de su carne: se suele decir que cuando el cordero es lechal, su carne es blanca, y cuando es un ejemplar más añejo, roja. Sin embargo, las carnes de corderos y de animales más emparentados como las cabras se consideran siempre rojas. Pero, además, tenemos que tener cuidado con el consumo de esta carne, porque también es una de las más grasas que existen.
Además, la carne de cordero tiene una tonalidad rosada que podría llegar a recordarnos en algunos casos a la carne del conejo. Mientras que el conejo sí que se considera un animal con carne blanca, el cordero no lo es. Por esta razón, su consumo debería estar reservado para ocasiones especiales, por ejemplo, la Navidad. Comer cordero de vez en cuando o sólo en Navidad no tiene ningún riesgo para la salud, si el resto de nuestra dieta es saludable.