Estamos en 2023 y todavía resuena aquella recomendación de tomar una copa de vino al día, calificándolo de beneficioso para la salud. A pesar de la evidencia científica en su contra, esto se ha mantenido arraigado y bien atado hasta nuestros días.

"Tomar una copa de vino al día es mejor que tomar cinco, claro, pero no es mejor que tomar ninguna. Los pocos beneficios que pueda tener el vino se pueden obtener con otros alimentos sin tener los efectos perjudiciales del alcohol", señala Concepción Martínez, dietista-nutricionista.

Los estudios más recientes advierten que esta bebida alcohólica no alarga la esperanza de vida, sino todo lo contrario. Un informe de la Comisión Europea a principios de 2022 alertaba de los riesgos de padecer cáncer intestinal y de laringe por beber alcohol con frecuencia. Esto puso en pie de guerra las industrias del vino, el cava y la cerveza, aunque en el informe se revele que más del 10% de las personas que consumen alcohol padecen este tipo de cánceres.

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Otras investigaciones, como la publicada en la revista Molecular Psychiatry, señala que beber más de cinco copas grandes de vino a la semana son suficientes como para dañar el ADN y acelerar el envejecimiento prematuro. La razón es que el alcohol afecta a los telómeros, cuya longitud se asocia con la longevidad. Durante el proceso de acortamiento de los mismos, por el paso del tiempo o como efecto de un consumo prolongado de alcohol, el riesgo de padecer cáncer o desarrollar alzhéimer va aumentando.

Entonces, ¿de dónde viene la buena fama del vino? Esta bebida, además de alcohol, contiene antioxidantes y resveratrol, que pueden proteger contra enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. "La cantidad de resveratrol que contiene el vino es ínfima en comparación a la concentración de alcohol, por lo que siempre va a ser más saludable obtener ese nutriente por otros medios", añade Martínez. Aunque el vino tinto es a menudo citado como una fuente popular de resveratrol, hay varias formas de obtener esta sustancia sin tener que beber vino.

Las uvas y su jugo

El zumo de uva es una de las fuentes más ricas de resveratrol y se ha sugerido que su consumo puede proporcionar algunos de los mismos beneficios para la salud que se asocian con el consumo moderado de vino tinto. El contenido de resveratrol en el zumo de uva puede variar de 50 a 100 microgramos por cada 100 gramos de uvas. En comparación, una copa de vino tinto de 150 ml puede contener entre 90 y 300 microgramos de resveratrol, dependiendo de la variedad de uva utilizada y la forma en que se elaboró el vino.

Además, la cantidad de resveratrol en el zumo de uva puede variar dependiendo de varios factores, incluyendo la variedad de esta fruta, el método de extracción y procesamiento del zumo, además de su madurez. La razón por la que el zumo de uva contiene una menor concentración de resveratrol que el vino tinto es que la gran parte de esta sustancia se encuentra en la piel y semillas de este alimento, que no se utilizan en la elaboración del zumo.

Bayas 

El contenido de resveratrol en las bayas también puede variar dependiendo del tipo de baya, su grado de madurez, y otros factores como el método de cultivo y cosecha. Los arándanos contienen entre 1,35 y 5,1 microgramos de resveratrol por gramo. Las moras, por su parte, contienen alrededor de 0,1 microgramos de resveratrol por gramo, mientras que las fresas contienen alrededor de 0,05 microgramos por gramo. También se puede hallar en otras bayas, como las frambuesas o las grosellas.

Aunque las bayas no contienen tanto resveratrol como el vino tinto, el consumo de bayas puede ser una forma saludable de aumentar la ingesta de antioxidantes y otros nutrientes importantes. Además, son ricas en fibra y vitaminas, lo que las convierte en una buena opción para una dieta equilibrada y saludable.

Cacahuetes

Aunque los cacahuetes y la mantequilla de cacahuete son fuentes de resveratrol, su contenido en este compuesto puede variar dependiendo de varios factores, como la variedad de cacahuete, el lugar donde se cultivaron, el proceso de producción y almacenamiento.

En general, los cacahuetes crudos contienen alrededor de 1,1 microgramos de resveratrol por gramo de cacahuate, mientras que los tostados pueden contener entre 0,1 y 4,5 microgramos por gramo. Por su parte, la mantequilla de cacahuete puede contener entre 0,04 y 0,13 microgramos de resveratrol por gramo.

Cabe destacar que los cacahuetes y la mantequilla de cacahuete no son las fuentes más ricas de resveratrol, sino que estarían por detrás de alimentos como los arándanos y las uvas rojas. Sin embargo, cuentan con otros nutrientes importantes como proteínas, grasas saludables y fibra, por lo que pueden formar parte de una dieta saludable en cantidades moderadas.

Soja

La soja es el alimento que menos resveratrol contiene. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los productos derivados de la soja son la principal fuente alimentaria de isoflavonas, un antioxidante con una estructura similar al estradiol, una hormona sexual femenina vinculada a la prevención del cáncer de mama y también de próstata.