La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, dependiente del Ministerio de Consumo (AESAN), alerta de la presencia de leche entera sin declarar en una bebida vegetal a base de avena, una alternativa a los lácteos cada vez más consumida debido al auge de las intolerancias y alergias a la lactosa, así como por quienes optan por el veganismo. Se trata de un importante riesgo sanitario, ya que la leche no declarada supone casi la mitad de un producto que tienden a consumir precisamente las personas que sufrirán problemas de salud al tomarla.
AESAN informa que laa notificación de alerta ha sido trasladada por las autoridades sanitarias de la Comunidad Valenciana mediante través el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI). La presencia de leche no incluida en el etiquetado en la bebida de avena de la marca Alpina. Los datos del producto figuran a continuación. Nombre del producto: Avena original; Marca comercial: ALPINA; Aspecto del producto: envase de 250 g y de 1.000 g; Fecha de caducidad: 11/05/2023 y 21/05/2023.
"En el producto figura la mención de que puede contener trazas de almendra, leche y soja. Sin embargo, la leche debería figurar como ingrediente, ya que en la ficha técnica del producto figura la leche entera en un 40 % de su composición", explica el comunicado publicado por la autoridad de seguridad alimentaria.
[El peligro de beber leche sin lactosa sin ser intolerante como Ana Mena]
Según la información de la que dispone AESAN, la distribución inicial de esta bebida vegetal se ha dado en las comunidades autónomas de Andalucía, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, País Vasco, Madrid y Murcia. "Sin embargo, no es descartable que puedan existir redistribuciones a otras comunidades autónomas", puntualizan.
"Esta información ha sido trasladada a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), con el objeto de que se verifique la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización", prosiguen, una tarea que corresponde a las respectivas autoridades autonómicas.
La agencia recomienda finalmente como medida de precaución que no se consuma este producto si lo tenemos en casa en el caso de ser alérgicos o intolerantes a los componentes de la leche. En caso de no tener estos problemas de salud, su consumo es seguro para el resto de la población, aunque presenta problemas éticos para las personas que lo hayan adquirido pensando precisamente que no es de origen animal.
Quién debe evitar la lactosa
Los expertos diferencian entre alergia a la proteína de esta leche e intolerancia a la lactosa, que es un carbohidrato. "Cuando se habla de alergia el sistema inmune se ve involucrado y provoca diferentes reacciones como picores, rojeces o vómitos. Se diagnostica con un análisis de sangre para medir el anticuerpo involucrado (inmunoglobulina E) y se tiene que evitar consumir cualquier producto derivado de la leche de vaca", señala Anaïs Rico, investigadora farmacéutica y nutricionista del Proyecto SUN de la Universidad de Navarra y también miembro de CIBEROBN.
En el caso de la intolerancia a la lactosa, Rico explica que el sistema involucrado es el digestivo y se produce cuando una enzima (la lactasa), que se encarga de procesar la lactosa, no se produce o se hace de forma insuficiente, provocando dolor, hinchazón, flatulencias o diarrea. Se calcula que entre 10% y un 15% de la población mediterránea presenta esta intolerancia, que se soluciona consumiendo productos sin lactosa.