La cirugía bariátrica o "cirugía adelgazante" es una opción efectiva para lograr la pérdida de peso en pacientes que sufren obesidad mórbida. Esta técnica se sigue utilizando de forma más específica y acotada gracias a la aparición de los nuevos fármacos análogos de GLP-1 o "píldoras adelgazantes". Sin embargo, solo están aprobados con dicha indicación en países como Estados Unidos o Reino Unido. En España, su indicación específica sigue siendo la diabetes tipo 2.
Sin embargo, estos fármacos en formato inyectable semanal no son inocuos, y muchos de ellos producen efectos secundarios como náuseas, vómitos o molestias gastrointestinales. Ahora, un nuevo compuesto que será presentado en la Reunión de Primavera de la Sociedad Americana de Química (ACS) promete algo ideal: reducir el apetito y el peso del paciente, quemar calorías y lograr todo ello evitando los efectos secundarios.
Robert Doyle, investigador de la Universidad de Syracuse y la Universidad Médica SUNY Upstate, y Christian Roth, MD, del Instituto de Investigación Infantil de Seattle, han liderado este proyecto. "La obesidad y la diabetes eran las pandemias anteriores a la pandemia COVID-19. Son un enorme problema, y se prevé que solo irán a peor", adelantan.
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Las cirugías bariátricas, como el bypass gástrico y otros procedimientos quirúrgicos, pueden dar lugar a una gran pérdida de peso duradera en el tiempo, y se han asociado incluso a una remisión de la diabetes. Sin embargo, se trata de operaciones con sus respectivos riesgos, y no son adecuadas ni accesibles para cualquier persona. Como alternativa, Doyle sugiere el uso de un fármaco capaz de replicar estos beneficios a largo plazo sin cirugía.
Estas cirugías se relacionan con alteraciones de la secreción de ciertas hormonas, incluyendo los péptidos similares al glucagón (conocidos como GLP-1), y el péptido YY (PYY) que otorgan sensación de saciedad y plenitud, con la consecuente mejora del control del azúcar en sangre. Esos efectos son de hecho los que intentan replicar los actuales fármacos análogos de GLP-1, logrando exitosas reducciones de peso y mejoras en la diabetes tipo 2.
Sin embargo, Doyle advierte de que mucha gente no tolera los efectos secundarios de estos fármacos inyectables, y que "tras el paso de un año, el 80-90% de las personas que usan estos fármacos dejan de tomarlos". Por este motivo, han diseñado tratamientos que interactúan con más de un tipo de receptor hormonal intestinal. Un ejemplo es un péptido que activa dos receptores para PYY y el receptor GLP-1, simultáneamente. Lo han llamado GEP44.
Este fármaco experimental ha logrado que ratas obesas comiesen hasta un 80% menos de la cantidad habitual. Tras 16 días, lograron perder un 12% de su peso total, el triple de peso perdido respecto a los análogos de GLP-1 como la liraglutida. Esta inyección está aprobada como tratamiento contra la obesidad en Estados Unidos, y en España recibe el nombre de 'Saxenda'. También se ha aprobado como fármaco antiobesidad, aunque no está financiado por el sistema nacional de salud.
Así mismo, GEP44 no ha dado lugar a náuseas ni vómitos en los animales, algo que los investigadores asocian a la activación de múltiples receptores que pueden cancelar la vía de señalización intracelular que impulsa estos síntomas. Por otro lado, el compuesto también lograría aumentar el gasto energético, ya sea aumentando la necesidad de movimiento, la frecuencia cardíaca o la temperatura corporal.
GEP44 solo tiene una vida media de una hora en el organismo, pero los investigadores acaba de diseñar un péptido con una vida media mucho más larga, pudiendo así usarse en formato inyectable solo una o dos veces a la semana en lugar de a diario. Además, tras cesar el uso del fármaco, las ratas tratadas mantuvieron el bajo peso logrado con el tratamiento, algo que de momento no parece suceder con el uso de los análogos de GLP-1 actuales.
Finalmente, como también sucede con los actuales análogos GLP-1, el uso de GEP44 permitirían un mejor control del azúcar sanguíneo al trasladarlo al tejido muscular, donde puede usarse como combustible. Además, también lograría convertir ciertas células del páncreas en células productoras de insulina, reemplazando a aquellas que han quedado dañadas por la diabetes.
Como 'bonus' adicional, los investigadores han descubierto un beneficio más asociado a GEP44 independientemente de los beneficios metabólicos mencionados. Su uso reduce la dependencia por los opioides como el conocido fentanilo, un efecto que también podría tener beneficios en humanos para lograr tratar adicciones a diferentes tipos de drogas de abuso actuales.