Muchos de los desayunos a los que estábamos acostumbrados hace unos años ahora son considerados como insanos: los cereales azucarados, las magdalenas o las galletas. De todas formas, todavía quedan opciones para el desayuno de las de toda la vida que no se consideran tan malas y, sin duda, la más popular son las tostadas. Bueno, dependiendo de la tostada porque, normalmente, ni los panes que elegimos ni aquello con lo que los untamos son siempre saludables.
De hecho, nuestras tostadas favoritas no suelen ser las más recomendables y el error que cometemos con más frecuencia es elegir productos ultraprocesados para prepararlas. Los pasillos de los supermercados que están dedicados a los alimentos para desayunar son, probablemente, uno de los que más ultraprocesados tienen. Si queremos mejorar la calidad de nuestros desayunos, deberíamos alejarnos de estos productos y acercarnos a los alimentos que estén lo menos manufacturados posible.
Por ejemplo, deberíamos evitar los zumos de naranja, incluso aquellos que exprimimos nosotros mismos en casa, y elegir en su lugar la naranja natural y completa. Esto se debe a que los zumos, tanto industriales como naturales, tienen una gran cantidad de azúcar que penetra demasiado deprisa en nuestro torrente sanguíneo. Lo mismo sucede con los cereales de chocolate o de miel, que contienen demasiados azúcares añadidos, y por eso es mejor desayunar copos de avena integrales sin ningún ingrediente más.
A continuación, cuatro errores con las tostadas que deberíamos evitar.
Pan de molde
Cuando pensamos en unas tostadas para el desayuno, nos vienen automáticamente estas rebanadas a la mente. Tienen un sabor más dulce, no hay que cortarlas y, además, quedan muy crujientes después de pasarlas por el tostador. Sin embargo, este tipo de panes son uno de los más procesados del supermercado; llevan muchos ingredientes que van desde los aceites vegetales hasta, incluso, los azúcares añadidos.
Es decir, son ultraprocesados y, por tanto, un tipo de alimento que, cuando tiene un peso considerable en la dieta, incrementa el riesgo de mortalidad. Además, los que prefieren su comida demasiado tostada deben tener cuidado con el pan de molde: este alimento genera acrilamidas cuando es sometido a un tueste demasiado intenso. En este sentido, los estudios científicos apuntan a que la acrilamida está relacionada con algunos casos de cáncer.
Pan blanco
Aunque este pan es el que se ha tomado toda la vida en los hogares de España, no es el más saludable. De hecho, si nuestra dieta no es buena o no hacemos suficiente ejercicio físico puede llegar a ser perjudicial, pero ¿por qué? Cuando se elabora este pan, antes hay que separar el salvado de los granos de trigo y, por desgracia, con ese salvado se pierde una gran cantidad de fibra. Por esta razón, sus carbohidratos pasan a azúcares simples demasiado deprisa y entran en nuestra sangre muy rápido.
Los alimentos con alto índice glucémico se relacionan con un mayor riesgo de obesidad y de desarrollar diabetes. Además, con el caso del pan blanco sucede lo mismo que con el de molde: es un alimento propenso a generar acrilamidas cuando se tuesta. Por esta razón, el pan de barra de toda la vida no es el mejor pan para hacer tostadas todos los días: supone un alto aporte de azúcares y, si se tuesta demasiado, puede relacionarse con el cáncer.
La mermelada
Aunque a todos nos encanta y antes la tomábamos muchas mañanas, la mermelada no es un alimento para todos los días. Se trata de uno de esos alimentos que hemos tenido en la mesa durante décadas y que, además, está elaborado con frutas; por eso, muchos hemos pensado equivocadamente que era un producto saludable. Sin embargo, las mermeladas pueden llegar a contener hasta un 50% de azúcares en su composición.
Es decir, son un producto con un alto número de calorías y con pocos nutrientes aparte de esta alta cantidad de azúcar. Se considera, por tanto, un producto que favorece la obesidad cuando se consume de forma frecuente o en el marco de una dieta poco saludable y con las enfermedades que se asocian a esta condición, como las cardiovasculares, la diabetes e, incluso, el cáncer. Además, hay que tener en cuenta que no todas las mermeladas del súper son iguales, estando algunas más procesadas que otras.
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El embutido
No todas las tostadas típicas del desayuno son dulces y, de hecho, en España nos gusta tomar a primera hora una con fiambre de pavo, con jamón serrano o cualquier otro tipo de embutido. Por desgracia, estos alimentos que gustan tanto en nuestro país son carnes procesadas, un grupo de alimentos que se ha relacionado con un aumento del riesgo de padecer, principalmente, cáncer colorrectal si lo tomamos a menudo.
Esto aseguraba la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe del año 2015 tras observar los resultados de varios estudios científicos en este sentido: "Se refiere a la carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación". Es decir, incluso el jamón ibérico se encuentra en ese grupo, pero, en cualquier caso, existen distintos grados de calidad entre las carnes procesadas.