Que no le eches una cucharadita de azúcar al café no significa que la hayas eliminado de tu dieta. Es de sobra conocido que este producto se encuentra presente en dulces, zumos o bebidas azucaradas. Este tipo de azúcares, denominados simples, provocan un pico de glucosa en sangre que favorece las alteraciones del metabolismo lipídico con el riesgo, a la larga, de desarrollar enfermedades cardiovasculares o metabólicas como la diabetes tipo 2.
Por si no fuera suficiente con ello, varios estudios también han señalado que el consumo de azúcar puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer. En concreto, la ingesta de aquellas bebidas que contienen más de un 5% de azúcar entre sus ingredientes, sean a base de frutas, de lácteos o refrescos.
Esta es la conclusión a la que llegaron los profesores de la Universidad de la Sorbona en París (Francia) tras analizar una cohorte más de 100.000 personas durante cinco años. El estudio, publicado en la revista British Medical Journal en 2019, advierte de que el consumo diario de una bebida azucarada de 100 mililitros puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en un 18%.
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Los autores aseguran que si todos los participantes hubieran realizado dicha ingesta, se habrían diagnosticado cuatro casos más por cada 1.000 habitantes. En total, se detectaron 2.193 pacientes diagnosticados de cáncer durante el periodo de estudio, que comprendió desde 2009 hasta 2017. El mayor porcentaje fue de cáncer de mama, con 693 casos, seguido del de próstata y colorrectal, con 291 y 166 pacientes respectivamente.
Bebidas con mayor riesgo
Los estudios acerca de la relación entre la ingesta diaria de bebidas azucaradas y el cáncer coinciden en apuntar hacia una misma dirección: el consumo de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de padecer cáncer. Los autores de un estudio publicado en la revista Gut también han alcanzado esta conclusión después de analizar la relación entre el cáncer colorrectal y las bebidas azucaradas en 94.464 enfermeras.
Los resultados señalaron que, durante un seguimiento de 24 años en promedio, aquellas que tomaban dos o más latas de 250 mililitros de bebidas azucaradas a la semana tenían más del doble de riesgo relativo de desarrollar esta enfermedad. Cada dosis adicional de este producto incrementa el riesgo en un 16%. En la adolescencia una ingesta de bebida azucarada se ha relacionado con un 32% de aumento del riesgo.
Este tipo de cáncer no es el único que se asocia con la ingesta de bebidas azucaradas. Un estudio en el que se analizaron a más de 90.000 mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 79 años reveló que aquellas que las tomaban con cierta regularidad tenían hasta un 78% más de posibilidades de sufrir cáncer de hígado, en comparación con las que tomaban este tipo de bebidas menos de tres veces al mes.
Azúcar tras el diagnóstico
Existe evidencia científica de que, una vez realizado el diagnóstico de cáncer, la glucosa actúa como un letal acompañante de la enfermedad. Esto se debe a que el exceso de azúcar en sangre se convierte en el principal alimento de las células cancerosas, como sucede en los pacientes diagnosticados de cáncer de páncreas, ya que aquellos con niveles de azúcar más altos tenían un mayor tamaño tumoral.
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Esta relación estrecha entre diabetes y cáncer también se ha descubierto en el cáncer de mama. Se trata del tipo de cáncer con el que más se relaciona la ingesta de azúcar, según esta revisión de estudios publicada el pasado año. Uno de los trabajos que citan es esta investigación en la que se asoció la frecuencia de consumo de bebidas azucaradas con un mayor riesgo de mortalidad en pacientes diagnosticados con cáncer de mama.
Se trató del primer estudio que puso sobre la mesa la relación entre el cáncer de mama y la ingesta de bebidas azucaradas, como ya habían hecho anteriores trabajos con otros tipos de cáncer como el de colon. En esta ocasión, un análisis de más de 1.000 pacientes diagnosticados con cáncer de colon en etapa III destacó que la asociación de las bebidas azucaradas con el riesgo de muerte era mayor entre los pacientes con sobrepeso.