La lamprea es un animalito muy curioso que vive en ríos y mares de todo el mundo. Tiene un cuerpo largo y cilíndrico con una piel viscosa y sin escamas, que lo hace muy similar a la anguila, aunque, más allá de esto, poco tienen que ver. Lo más llamativo de la lamprea es su boca, que está llena de dientes puntiagudos como agujas y una ventosa, por lo cual se le conoce como "vampiro marino", ya que gracias a ellos consigue aferrarse a su presa, le corta la piel y succiona su sangre y fluidos corporales.
Este comportamiento alimenticio de la lamprea puede tener un impacto significativo en las poblaciones de peces y otros animales marinos. Sin embargo, también se cree que las lampreas son importantes para mantener el equilibrio ecológico en algunos sistemas acuáticos, ya que ayudan a controlar la población de ciertas especies.
En cuanto a su hábitat, la lamprea se encuentra en aguas dulces y saladas de todo el mundo, desde América del Norte hasta Europa y Asia. Se pueden encontrar en ríos y lagos, así como en el océano Atlántico y el Pacífico. De hecho, nace en los ríos donde vive como larva durante dos o tres años. Pasado ese tiempo, se dirige al mar en su etapa adulta donde vive hasta alcanzar la madurez sexual. Por último, volverá a los ríos entre febrero y abril, donde desovará y morirá
Un manjar nutritivo
En España, la lamprea es un manjar que se consume especialmente en la zona del norte, en particular en Galicia y el País Vasco. Es un ingrediente muy valorado en la gastronomía de estas regiones y se puede encontrar en numerosos platos tradicionales. Es especialmente importante en el río Miño. Aquí, las pesqueiras les dan captura, llevándolas a la cocina en preparaciones tan clásicas como la lamprea a la bordelesa o la lamprea ahumada.
Sus valores nutricionales la convierten en un ingrediente saludable, aunque, eso sí, lo será en mayor o menor medida según la forma en la que se cocine. 100 gramos de lamprea contienen 218 kilocalorías, 14 gramos de proteína, 18 gramos de grasas, 0 gramos de hidratos de carbono, 220 miligramos de potasio, 170 miligramos de fósforo y 19 miligramos de magnesio.
A la lamprea se le considera un pescado azul con altas cantidades de omega 3. Este es un tipo de ácido graso esencial que nuestro cuerpo no puede producir por sí solo y, por lo tanto, debe obtenerse a través de la dieta. Uno de los principales beneficios del omega 3 es que contribuye a mantener una buena salud cardiovascular. Se ha demostrado que reduce los niveles de triglicéridos en la sangre, disminuye la presión arterial y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular.
Además, el omega-3 también puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede tener beneficios para personas que sufren de enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide o la enfermedad de Crohn. Otro beneficio del omega-3 es su efecto positivo en la salud cerebral, ya que puede reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
De igual manera, es muy rica en proteínas y no contiene hidratos de carbono, lo que lo hace ideal para deportistas, dietas cetogénicas o dietas bajas en carbohidratos. Aporta un tercio de la cantidad de vitamina A y vitamina D recomendada a diario, siendo la primera fundamental para el mantenimiento del tejido óseo, el desarrollo de la vista, la piel y las mucosas. Algo que se complementa con el papel que juega la vitamina D para la formación de los huesos.
No obstante puede resultar contraproducente su consumo excesivo en determinadas personas. Por ejemplo, contiene purinas, un compuesto químico necesario para la síntesis de ADN y que está presente en muchos productos cárnicos, incluyendo el pollo. Cuando son ingeridas se transforman en ácido úrico, el principal responsable de la gota. Por esa razón, las personas que requieran evitar altos niveles de ácido úrico deberían ser conocedores de que la lamprea no es un alimento recomendable en su dieta.
Un potencial avance contra el cáncer
Además de lo anterior, uno de los principales beneficios de la lamprea se relaciona con el cáncer cerebral. Un estudio llevado a cabo en 2019 por un equipo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Texas en Austin, ha investigado un tipo de molécula del sistema inmunológico de las lampreas, llamada "receptores variables de linfocitos" (VLR).
Los VLRs son moléculas interesantes debido a su capacidad para atacar la matriz extracelular (ECM), una red de macromoléculas que proporciona estructura a las células que rodean. Esta red constituye una gran parte del sistema nervioso central, lo que llevó a los investigadores a creer que los VLRs podrían ayudar a llevar medicamentos al cerebro, aumentando la efectividad de los tratamientos para el cáncer cerebral, el traumatismo cerebral o el accidente cerebrovascular.
Este hallazgo fue particularmente interesante porque la barrera hematoencefálica (BHE), que protege el cerebro de sustancias nocivas, también dificulta la administración de medicamentos terapéuticos al cerebro. Los investigadores creen que los VLRs pueden ser una forma eficaz de superar esta barrera, abriendo nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades cerebrales.