El 'falso bacalao' muy sano que recomiendan los nutricionistas pero apenas tomamos en España
Considerado un pescado blanco por su bajo contenido en grasas, es un alimento muy nutritivo con rasgos comunes con otras especies.
25 abril, 2023 01:56El abadejo es un tipo de pescado de carne blanca y sabrosa que se encuentra en las aguas frías del Atlántico Norte. También se le conoce como bacalao de Islandia o bacalao negro. Es un pescado muy popular en la cocina europea, especialmente en España, Portugal y el norte de Europa. Destaca por ser rico en proteínas y bajo en grasas, por lo que es una opción saludable para incluir en la dieta.
En España y Portugal, el abadejo se puede encontrar fresco en las pescaderías o congelado y envasado, listo para su consumo. Sin embargo, en los países nórdicos, se somete a un proceso de secado para comercializarlo en salazón. Debido a sus características organolépticas, el abadejo común y muy especialmente su pariente de Alaska se utilizan para la elaboración de surimi, la base de los sucedáneos de mariscos. La buena noticia es que cuando se utiliza, su calidad mejora algo.
Si bien es cierto que el abadejo también se suele confundir con el bacalao, existen diferencias notables. Ambos pertenecen a la misma familia pero son especies diferentes: el abadejo es Pollachius pollachius mientras que el bacalao es Gadus morhua. Aunque las dos habitan el Atlántico Norte y el mar del Norte, el abadejo prefiere, por lo general, aguas más cálidas que el bacalao, motivo por el que también se le puede encontrar en la zona del Golfo de Cádiz.
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En cuanto a sabor y textura, el abadejo tiene una carne más suave y tierna, con un sabor delicado y dulce, mientras que el bacalao tiene una carne más firme y un sabor más fuerte y salado. De hecho, la textura fina y blanda y su sabor suave y delicado que lleva a muchos a compararlo con la merluza.
En sus fichas informativas, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lo describe como "carnoso, de carne muy delicada, algo oscura, firme y de sabor muy agradable. En fresco su textura se parece más a la de la merluza, aunque menos fina, si bien es de extremada calidad. Versátil, perecedero y con algunas precauciones para la cocina donde habrá que prestar atención a las temperaturas y tiempo de cocinado, ya que la carne se seca fácilmente".
Desde el punto de vista nutricional, 100 g de abadejo proporcionan 178 calorías, 38 g de proteína, 1,9 g de grasa y no contiene carbohidratos. Además, también tiene una cantidad significativa de nutrientes esenciales como vitamina B12, selenio, fósforo, niacina, magnesio, vitamina B6, riboflavina, potasio y calcio.
Mejora el colesterol
El abadejo contiene altas cantidades de vitamina B12, vitamina B6 y selenio, lo que ayuda a controlar los niveles de colesterol en el cuerpo, disminuir los niveles de homocisteína y reduce la inflamación crónica en el cuerpo. Además, es rico en ácidos grasos omega 3 que ayudan a reducir la presión arterial, los triglicéridos y a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Ayuda a perder peso
Por su bajo contenido en grasas y por su nula cantidad de carbohidratos, el consumo de abadejo se asocia con la disminución de la masa grasa corporal y una mejor composición corporal, lo que favorece la pérdida de peso. Además, la proteína, vitamina B2 y vitamina B12 que contiene ayudan a proveer energía al cuerpo para mantener una rutina de ejercicio.
Promueve la fertilidad
Los nutrientes que aportan el abadejo también suponen una ayuda para mejorar la fertilidad y el desarrollo fetal. La niacina presente en el pescado ayuda a prevenir la disfunción eréctil, y el DHA ayuda a la producción de espermatozoides saludables y a mejorar su movilidad.
En las mujeres, los ácidos grasos omega 3 y la vitamina B6 ayudan a reducir la inflamación causante de infertilidad y a regular el ciclo menstrual. Durante el desarrollo fetal, el omega 3, la vitamina B6 y la vitamina B12 son vitales para el desarrollo neurológico y cerebral del bebé.
Prevención del cáncer
Los nutrientes del abadejo también ayudan a prevenir la formación de células cancerígenas, especialmente en cáncer de colon, próstata y mama. El selenio presente en el pescado ayuda a reducir el riesgo de cáncer de próstata y a reparar las células dañadas por el cáncer. Además, la vitamina B2 tiene propiedades antioxidantes que previenen el daño celular causado por los radicales libres y que se asocia con el desarrollo del cáncer.