La presencia de bacterias multirresistentes en la carne de consumo es un problema cada vez más extendido: aunque estos microorganismos se encuentren dentro de los límites aptos para el consumo, pueden propagarse y agravar el problema de la resistencia bacteriana. Ahora, un análisis de la ONG Equalia realizado sobre productos de pollo de la marca Lidl desvela que el 71% de las muestras estaban contaminadas con bacterias resistentes a los antibióticos.
El estudio ha sido respaldado por la Fundación Albert Schweitzer, y se realizó a partir de 51 muestras de productos a base de carne de pollo adquiridos en supermercados de la cadena en Alemania entre enero y febrero de este año. El personal de campo del laboratorio los adquirió directamente, respetando la cadena de refrigeración y examinándolos en el momento para evitar su contaminación cruzada.
La mayoría de las bacterias (75%) correspondían a la Escherichia coli, y se encontró en menor proporción Enterococcus (25%), Campylobacter (18%) y Salmonella (una muestra). Todas ellas dieron positivo en la enzima ESBL, que hace que las bacterias sean inmunes a varios antibióticos comunes. En caso de propagarse y colonizar el medio ambiente a través de las aguas residuales o los sistemas de ventilación, pueden terminar convirtiéndose en un problema de salud humana.
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Lidl confirmó hace meses, frente a otra denuncia de Equalia por explotación animal, que "el 100 por 100 de la carne fresca, los huevos frescos y la leche que venden en sus tiendas en España son de origen nacional". Sin embargo, el "uso excesivo de antibióticos en la cría de pollos" que "contribuye a la propagación de bacterias peligrosas y a la aparición de resistencias a los antibióticos" es común a toda Europa según la ONG, por lo que califican de "similar" la situación en nuestro país.
En Alemania, representantes de la cadena de supermercados ha asegurado que la carne pasa por "exhaustivos" controles y la concentración de bacterias es aún menor que los "valores límite" que marcan las autoridades a largo plazo. No obstante, reconocen que el riesgo de las bacterias multirresistentes es a largo plazo, por lo que se comprometen a mejorar las condiciones de cría de los animales.
La solución, según Equalia, es impulsar una campaña europea para reclamar a la cadena Lidl que se adhiera al Compromiso Europeo del Pollo (ECC, por sus siglas en inglés) para "salvaguardar la salud de las personas consumidoras". Según la ONG, subraya que esta política europea ya cuenta con el compromiso de más de 300 empresas para mejorar la seguridad alimentaria y el bienestar animal.
La presencia masiva de 'bacterias productoras de betalactamasas de espectro extendido' en la carne de pollo comercializada en las grandes superficies demuestran la "necesidad de reducir el uso de antibióticos en las granjas no solo para mejorar el bienestar animal, sino también para evitar la aparición de esos patógenos", manifiesta. Así, el ganado estaría recibiendo unas 670 toneladas de antibióticos al año, una media de 88 miligramos de antibióticos por kilo de carne.
Equalia señala que la extensión de las bacterias resistentes a los antibióticos es un círculo vicioso que provoca el uso de fármacos más potentes y la aparición de patógenos más fuerte. "Desarrollar nuevos antibióticos de reserva es caro y lleva mucho tiempo", indica la ONG, por lo que concluye que es "urgente" reducir el uso de antibióticos en la ganadería en toda Europa.