Los problemas para regularlos picos de glucemia en sangre son los factores de riesgo cardiovascular por excelencia. Sufrir diabetes de tipo 2 ya se considera una situación de alto riesgo para sufrir a medio plazo un infarto cardíaco o un ictus isquémico. Por tanto, no solo es primordial mantener el azúcar a raya: promover una correcta metabolización de la glucosa evitará males mayores a la larga.
Al margen de las medicaciones, una dieta adecuada y el ejercicio físico son factores de estilo de vida elementales en el control de una diabetes tipo 2. Pero existen además métodos simples y escandalosamente asequibles que no suelen tenerse en cuenta. Y una correcta masticación durante las comidas sería suficiente para mejorar el azúcar, según una reciente investigación publicada en la revista PloS ONE.
Se calcula que existen 500 millones de personas en todo el mundo con diabetes, de los que 5,1 millones son españoles, es decir, un 14,8% de la población. Y al menos el 90% de estos diagnósticos proceden de la diabetes tipo 2, que se desarrolla principalmente por los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo.
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Los investigadores dirigidos por Mehmet A. Eskan, profesor asistente clínico en el Departamento de Periodoncia y Endodoncia de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Buffalo, realizaron un estudio retrospectivo recopilando datos de 94 pacientes diagnosticados de diabetes tipo 2. Estos habían sido atendidos en un quirófano ambulatorio de un hospital de Estambul (Turquía).
Se dividió a los pacientes en dos grupos. El primero se componía de pacientes con una buena "función oclusal", es decir, poseedores de suficientes dientes colocados correctamente y contactando de tal manera que la masticación fuese adecuada. El segundo grupo, por su parte, estaba formado por personas que no podían masticar correctamente por falta de algunos -o todos- los dientes.
Según sus resultados, el primer grupo, con una masticación correcta, tenía un nivel de hemoglobina glicosilada (HbA1c) -es decir, el nivel promedio de azúcar sanguíneo de los últimos 3-6 meses- de 7,48% de media. Por su parte, el segundo grupo, con una mala masticación, poseía un nivel de hemoglobina glicosilada de 9,42% de media. Era casi dos puntos más elevado.
Por su parte, el estudio no detectó otras variables independientes que pudiesen afectar a los niveles de azúcar en sangre. No hubo diferencias estadísticamente significativas respecto al índice de masa corporal o IMC, sexo, tabaquismo, toma de fármacos o infecciones de cualquier tipo.
La masticación suele ser un proceso automatizado para la gran mayoría, pero implica una gran cadena de reacciones fisiológicas a tener en cuenta. La digestión, el proceso mediante el cual el organismo extrae los nutrientes de los alimentos, empieza realmente cuando la masticación estimula la producción de saliva. Los nutrientes que son importante para reducir los niveles de azúcar en sangre incluyen la fibra, la cual se libera en gran parte al masticar los alimentos que la contienen.
Además, también se sabe que la masticación estimula reacciones a nivel intestinal que conducen a una mayor secreción de insulina, y a su vez estimulan al hipotálamo para dar lugar a la sensación de saciedad. Eso conduce a una menor ingesta alimentaria en consecuencia. Si se come menos, se reduce la probabilidad de desarrollar sobrepeso, un importante factor de riesgo para sufrir diabetes tipo 2.
Estudios previos a cargo de Eskan ya habían señalado el potencial de la masticación para mejorar la diabetes tipo 2. En este casi, el estudio, publicado en el año 2020, se enfocó en el potencial de la función oclusal mediante el uso de implantes dentales y una restauración fija adecuada.
Así, un paciente diagnosticado de diabetes tipo 2 cuya masticación se encontraba gravemente afectada por la falta de dientes presentaba unos niveles iniciales de HbA1c de 9,1%, y su nutrición consistía en purés y comidas líquidas. Sin embargo, cuatro meses después de llevar a cabo una restauración fija con implantes, sus niveles de HbA1c se redujeron hasta 7,8%. Tras 18 meses, eran del 6,2%.
Tan solo un aumento de un 1% de la HbA1c ya se asocia con un 40% más de riesgo de mortalidad cardiovascular entre las personas con diabetes. Así mismo, existen otras complicaciones como daño renal, daño ocular, daño nervioso o neuropático, y alteración de la cicatrización. Por tanto, Eskan y sus colegas sugieren la necesidad de continuar investigando, dada la importancia de la masticación en patologías como la diabetes tipo 2.