En multitud de imágenes y fotografías, los profesionales de la nutrición aparecen llevando consigo una cinta métrica. Sin embargo, poca gente sabe cuándo y cómo se debe utilizar en consulta.
Aunque hoy en día la autoría de su invención sigue en disputa, está claro que la nutrición y la cinta métrica (que algunos llaman también flexómetro o metro) tienen un punto en común: la Revolución Francesa.
Fue en esa época cuando se empezó a diferenciar entre la alimentación –entendida como la elección, preparación y consumo de alimentos y conocida por los seres vivos desde sus orígenes– y la nutrición, que es un proceso no educable, inconsciente e involuntario. Los descubrimientos de Antoine Lavoisier, y sobre todo de su mujer Marie Anne Pierrette Paulze, sentaron las bases del metabolismo humano al demostrar que la oxidación de los alimentos es la principal fuente del calor corporal. A partir de sus aportaciones, la nutrición empezó a ser considerada una ciencia.
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La Revolución Francesa necesitaba igualar medidas que ayudarán al comercio, y entre ellas la longitud era un punto clave. Por esta razón se constituyó una comisión de científicos, formada entre otros por Jean-Baptiste, Joseph-Delambre, Pierre Mechain y José Chaix, destinada a resolver el problema. Eso permitió crear la unidad de longitud que hoy conocemos como el metro. Y a partir de ahí se creó la cinta métrica.
En un principio, el instrumento de medida fascinó sobre todo a los sastres, al agilizar su labor en el corte y confección de las prendas de vestir. Pero no tardó mucho en ser adoptada como una herramienta más en el diagnóstico nutricional.
La cinta de los nutricionistas
Hoy en día, si acudimos a un buscador indicando “cinta métrica” y nutrición, más del 90 % de las imágenes que nos muestra como resultado incluyen una cinta métrica de hule o de plástico. Sin embargo, los dietistas y nutricionistas desaconsejan su uso.
La explicación es sencilla: una cinta métrica debe de cumplir dos condiciones y es que sea flexible e inextensible. El hule o el plástico cumplen lo primero, pero no lo segundo. De hecho, la Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría (International Society for the Advancement of Kinanthropometry; ISAK) y la Sociedad Internacional para la Antropometría aplicada al Deporte y la Salud (International Society for Anthropometry applied to Sport and Health; ISAnASHe) recomiendan cintas métricas metálicas estandarizadas, que sí cumplen los dos requisitos anteriores.
La circunferencia de la cintura
Nadie puede discutir que la cinta métrica es una herramienta de fácil manejo y transportabilidad. Entre las medidas que se pueden realizar con ella en adultos destacan las circunferencias de la cintura y de la cadera.
La circunferencia de la cintura es una medida constante de la obesidad abdominal. La OMS establece que un valor mayor de 94 y 80 centímetros, para hombres y mujeres respectivamente, se asocia con un mayor riesgo de complicaciones metabólicas. Este riesgo aumenta significativamente con valores mayores a 102 cm para hombres y 88 cm para mujeres.
Por su parte, aunque el índice cintura-cadera está menos correlacionado con el contenido de la grasa corporal, cuando se supera alerta de un riesgo significativamente mayor de complicaciones metabólicas. Aquí los puntos de corte propuestos por la OMS son ≥ 0,90 cm en hombres y ≥ 0,85 cm en mujeres.
Es más, investigaciones recientes apuntan a que un elevado índice cintura-cadera puede considerarse un excelente predictor del riesgo del infarto de miocardio, especialmente en mujeres.
Por otro lado, algunas investigaciones apuntan a que la obesidad abdominal medida por la circunferencia de la cintura y la relación cintura-cadera podría estar asociada con un mayor riesgo de fractura de cadera.
El índice cintura-altura
En los últimos años ha cobrado importancia otra medida: el índice cintura-altura. De hecho, se considera que un valor de 0,5 para este parámetro permite identificar un mayor riesgo cardiovascular y metabólico.
Los expertos recomiendan mantener la circunferencia de la cintura de cualquier individuo a menos de la mitad de su altura para estar protegido de estas enfermedades. Sobre todo para pacientes con diabetes tipo 2, en los que este índice tiene una asociación más fuerte con los riesgos cardiovasculares que la circunferencia de la cintura, el índice cintura-cadera y el índice de masa corporal.
En cuanto a la población infantil, la cinta métrica tiene utilidad, también, para medir el perímetro craneal en relación con su edad –y observar la evolución del crecimiento–, así como para detectar la desnutrición aguda grave midiendo la circunferencia media del brazo.
Por todo ello, el uso de cintas métricas estandarizadas por profesionales capacitados permitirá disminuir los errores técnicos de medida y ayudar al diagnóstico de los pacientes sobre su estado nutricional.
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** Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.