La relación entre los olores y la estimulación del sistema inmune y/o el sistema nervioso ha sido puesta de manifiesto por múltiples estudios. La principal hipótesis es que el sistema olfativo es más potente de lo que se pensaba previamente. Y los olores desencadenan respuestas cerebrales, afectando tanto a las emociones como a tareas cognitivas como la memoria.
Un nuevo estudio ha relacionado los compuestos aromáticos intensos de productos naturales de consumo, como el mentol de la menta, con un efecto de prevención de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. Estas patologías, y muchas otras que van de la esquizofrenia a la Covid, a menudo cursan con pérdida de olfato, algo que ya daba indicios de una potencial relación.
Investigadores del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de España han publicado este trabajo en la revista Frontiers in Immunology. En un primer ensayo con ratones, aquellos modificados para sufrir un modelo neurodegenerativo similar al alzhéimer en humanos mejoraron sus habilidades cognitivas tras inhalar mentol. Este compuesto químico, según explican, podría detener parte del daño cerebral causado por parte de la enfermedad de Alzheimer.
De forma más específica, los investigadores detectaron una reducción de la proteína interleucina-1-beta (IL-1β), relacionada con la regulación inflamatoria corporal. Se trata de una respuesta inmunitaria que proporciona un protección natural, pero que también se ha relacionado con daños orgánicos si no hay un control adecuado de la misma.
"Nos hemos centrado en el papel del sistema olfativo en el sistema inmune y nervioso central, y hemos confirmado que el mentol es un olor immunoestimulador en modelos animales", explica Juan José Lasarte, del CIMA. "Pero, sorprendentemente, observamos que exposiciones cortas a esta sustancia durante seis meses pueden prevenir el deterioro cognitivo en ratones con alzhéimer y mejorar la capacidad cognitiva de ratones jóvenes sanos".
En estudios previos ya se había observado que la inhalación de mentol aumenta la respuesta inmune de los ratones, pero este nuevo estudio también sugiere mejoras en sus capacidades cognitivas. En ratones con alzheimer, esta suplementación no solo ayudó a detener el declive cognitivo y memorístico. Además, el mentol redujo sus niveles de IL-1β hasta un umbral seguro para el cerebro.
Por otro lado, cuando losinvestigadores redujeron de forma artificial la capacidad de los linfocitos T reguladores, que mantienen el sistema inmune bajo control, se observaron algunos efectos similares. Tanto la exposición al mentol como el bloqueo artificial de las células T daba lugar a una reducción de IL-1β, lo cual explicaría parte del deterioro cognitivo observado.
Además, bloquear de forma específica la IL-1β con fármacos usados en enfermedades autoinmunes también mejoró la capacidad cognitiva tanto en ratones ranos como en ratones con Alzheimer.
Como concluyen los investigadores, este estudio es un paso importante para entender la conexión entre el sistema inmune, el sistema nervioso central y el olfato. Sus hallazgos sugieren que los olores y las sustancias inmunomoduladoras pueden desempeñar un papel importante en la prevención y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central.
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