El consumo de legumbres, en su formato fresco o mínimamente procesado, se ha relacionado en numerosas ocasiones con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2. Se ha llegado a plantear como un alimento "protector" contra los problemas del corazón.
Ahora, un grupo internacional de investigadores de países nórdicos -Suecia, Noruega y Finlandia- ha querido comprobar mediante una revisión sistemática la evidencia disponible alrededor de este potencial protector de las legumbres. Sus resultados se han publicado recientemente en Food & Nutrition Research.
Según datos del estudio de carga mundial de enfermedades de 2017, el bajo consumo de legumbres sería un factor de riesgo prevenible de enfermedades no transmisibles. Las legumbres son una excelente fuente de aminoácidos esenciales, carbohidratos complejos y fibra, además de ser bajas en grasas y ricas en micronutrientes esenciales. Así mismo, son un alimento sostenible, siendo una importante fuente de proteína dietética con una huella medioambiental baja.
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En los países nórdicos, el consumo de legumbres promedio es de alrededor de 12 gramos al día,y es aún menor en los países bálticos. De hecho, no ha existido un epígrafe específico sobre las legumbres en las Recomendaciones Nórdicas de Nutrición (NNR) hasta 2022. En cambio, en España consumimos 21 gramos diarios, aunque todas las guías coinciden en que aumentar su consumo conduce a dietas más sanas y sostenibles.
Con estos datos en mente, los investigadores realizaronbúsquedas en diferentes bases de datos científicas -incluyendo Medline, Embase, Cochrane y Scopus- hasta el pasado mes de mayo de 2022. Se tuvieron en cuenta tanto ensayos controlados aleatorizados como no aleatorizados de más de 4 semanas de duración, y estudios de cohortes prospectivos de más de 12 meses de duración.
Respecto a las legumbres, se tuvo en cuenta el consumo de judías, lentejas, guisantes y soja. Se excluyeron los cacahuetes -una leguminosa, que suele encajarse en el grupo de los frutos secos- y los productos derivados procesados de las legumbres, como proteína vegetal, harinas y otros procesados secundarios.
Por su parte, en relación al riesgo cardiovascular analizado, se tuvieron en cuenta enfermedad cardiovascular establecida, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2 en todos los casos. Así mismo, en el caso de los ensayos clínicos de intervención, se tuvieron en cuenta valores de lípidos sanguíneos, glucemia y tensión arterial.
Inicialmente se llegaron a tener en cuenta 181 artículos científicos, pero tras aplicarse los criterios de inclusión y exclusión, se redujeron a 47. Estos se dividieron en 31 estudios observacionales o cohortes con más de 2 millones de participantes, 14 ensayos clínicos aleatorizados cruzados con casi 500 participantes, un ensayo clínico aleatorio paralelo, y un único ensayo no aleatorizado.
Según sus resultados, el análisis de los ensayos clínicos sí sugirió que el consumo de legumbres ayudaría a reducir los niveles de lípidos y glucemia en sangre, ambos factores de riesgo asociados a enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Sin embargo, la revisión sistémica en general encontró poca evidencia para recomendar la inclusión de las legumbres en la dieta con el único objetivo de reducir el riesgo cardiovascular o el riesgo de diabetes tipo 2 en personas sanas.
Los datos respecto a la presión arterial fueron limitados, y no se encontró asociación alguna entre el consumo de legumbres y la enfermedad cardiovascular o la diabetes tipo 2 tras analizar todos los estudios observacionales. Ni perjuicio, ni beneficio. Los autores también recuerdan que, en revisiones sistémicas y metanálisis previos sobre las legumbres, la evidencia también fue contradictoria, a menudo limitada o de baja calidad.
Algunas, aunque no todas, las revisiones sistémicas previas han encontrado una relación de menor riesgo entre el consumo de legumbres y enfermedad cardiovascular, pero no hay datos de asociación entre legumbres y accidente cerebrovascular. Así mismo, existe alguna asociación débil entre el consumo de legumbres y la diabetes tipo 2. En particular, el tofu o la proteína de soja, pero no la soja total o la ingesta total de legumbres, parece asociarse con un menor riesgo de diabetes.
Respecto al consumo de legumbres en personas ya diagnosticadas de enfermedad cardiovascular o diabetes, unarevisión sistémica sí sugirió que el consumo de legumbres en personas ya diagnosticadas de diabetes tipo 2 es beneficioso, pero no en personas sanas. Como conclusión, los autores explican que los hallazgos deben ser considerados "mixtos".
Pero, dado que en los ensayos clínicos aleatorizados el consumo de legumbres sí ha demostrado reducir los niveles de lípidos y glucemia en sangre, sí sería recomendable el consumo de legumbres como parte de un patrón dietético diverso y saludable con el objetivo de prevenir enfermedades cardiovasculares y diabetes. Además, en los ensayos clínicos el consumo de legumbres fue significativamente más elevado (120-150 g diarios) respecto a los estudios observacionales, con ingestas más bajas, algo que podría haber alterado los resultados finales.