Refrescos, postres, snacks, alimentos procesados, salsas, condimentos, detrás de muchas de las cosas que se ingieren durante el día se esconde una sombra alargada y letal, que acorta tiempo de vida y sobre todo empeora la calidad de la misma. Ese enemigo es blanco y dulce, y aunque le dé sabor a la vida, por otro lado, la acorta.
Lo cierto es que el consumo excesivo de azúcar es un problema común en muchas dietas modernas y puede tener un impacto significativo en la salud a largo plazo. A menudo, sin siquiera ser conscientes, se consume más azúcar de lo necesario a lo largo del día.
Las bebidas azucaradas, como refrescos, jugos de frutas comerciales, bebidas energéticas y deportivas, son una de las principales fuentes de azúcar añadido en la dieta. Estas bebidas suelen contener altas cantidades de azúcar y calorías vacías. Su consumo regular puede contribuir al aumento de peso, la obesidad, la resistencia a la insulina y el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón.
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También muchos alimentos procesados como galletas, cereales para el desayuno, yogures azucarados, salsas, aderezos y productos de panadería, contienen cantidades significativas de azúcar añadido. Estos alimentos suelen tener un sabor agradable debido a este endulzante, pero a su vez son ricos en calorías y bajos en nutrientes esenciales. Por lo que el consumo excesivo de procesados azucarados puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades del corazón y caries dental.
Los postres tampoco se libran en esta criba. Dulces, chocolates y golosinas son alimentos conocidos por su alto contenido de azúcar. Estos productos suelen tener un bajo valor nutricional y proporcionan calorías vacías. Su consumo regular puede contribuir al aumento de peso, la resistencia a la insulina y el riesgo de enfermedades crónicas. También se vincula con la adicción.
"Al consumir azúcar, la glucosa es absorbida por la sangre y eso provoca un aumento del ánimo en un estímulo muy rápido. A este impulso energético le sigue una depresión, cuando baja el pico de glucosa en sangre. Lo que produce cansancio e inquietud. En muchas ocasiones, para solventar esa situación, el cuerpo demanda azúcar, que mejora el ánimo momentáneamente, haciendo que la persona se vea en un bucle del que no puede salir", explica Alejandro Fernández, psicólogo en un centro de salud de Rivas-Vaciamadrid.
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Incluso todos los problemas que ya hayan provocado el azúcar como diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión, hígado graso o caries, pierden toda la importancia para el individuo con tal de experimentar el placer de su consumo. Ya que el cerebro recompensa esta ingesta con dopamina, lo que complica aún más el problema, tal y como señala una investigación elaborada por el laboratorio de Fisiología de la Conducta, Facultad de Medicina, Universidad de los Andes, Mérida-Venezuela.
También, muchas salsas y condimentos como el kétchup, las salsas de barbacoa, las salsas para ensaladas y los aderezos para sándwiches, contienen altas cantidades de azúcar añadido. Estos productos pueden parecer inofensivos, pero pueden contribuir a un consumo excesivo de azúcar si se utilizan en grandes cantidades. Leer las etiquetas de los alimentos y elegir opciones con bajo contenido de azúcar puede ayudar a reducir la ingesta total de azúcar.
Azúcar en alimentos saludables
Incluso los alimentos que se perciben como "saludables" pueden contener altas cantidades de azúcar. Por ejemplo, las barritas energéticas de cereales, frutos secos y azúcar; los batidos de frutas comerciales, los yogures con sabor y las versiones endulzadas de alimentos 'bajos en grasa' a menudo contienen azúcar añadido para mejorar el sabor. De ahí la importancia de prestar siempre atención a las etiquetas.
Aumento de peso y obesidad: Los alimentos y bebidas ricos en azúcar suelen ser altos en calorías y proporcionar poca saciedad. El consumo regular de estos productos puede contribuir al aumento de peso y la obesidad. El exceso de grasa corporal está asociado con un mayor riesgo de enfermedades del corazón, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y otras afecciones crónicas.
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Entre los problemas que pueden causar el consumo excesivo de azúcar están la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. También afecta a la memoria, tal y como señala un estudio de 2012 de la Universidad de California Los Ángeles, que destacaba como una dieta alta en fructosa a largo plazo altera la capacidad del cerebro de aprender y recordar información. También otra investigación relaciona el consumo de azúcar con daños en la zona del hipocampo.
De igual modo, se ha vinculado con enfermedades como la de Alzhéimer y el daño cognitivo, alteraciones en el estado anímico e incluso problemas en la piel, ya que afecta a la producción de colágeno y acelera el envejecimiento, además de provocar otros problemas cutáneos como acné y rosácea.