La chalota es un bulbo, también conocido con nombres tan variados como echalote, carlota, chalote o escaloña. Forma parte de la familia de las aliáceas, igual que la cebolla y el ajo. Con una forma de cebolla alargada, su pequeño tamaño contrasta con su intenso sabor que, a menudo, se describe como una combinación sutil entre la cebolla tradicional y el ajo.
A diferencia de las cebollas, las chalotas crecen en racimos y tienen una cáscara más delgada, pero en una cosa sí se parece: en su capacidad para hacernos llorar al pelarla. Y para aquellos que disfrutan de la cocina, las chalotas son un ingrediente versátil y sabroso.
Su sabor único agrega un toque especial a una amplia variedad de platos, desde ensaladas y salsas hasta guisos y salteados. Además, debido a su tamaño más pequeño y su dulzura más suave en comparación con las cebollas tradicionales, las chalotas son especialmente apreciadas por los chefs y cocineros profesionales.
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Oriente, Italia y Francia
Su origen es remoto. Su nombre científico, Allium ascalonicum, parece estar relacionado con la ciudad de Ascalon (Israel). Se cree que fue allí donde se inició el cultivo de la chalota hace al menos 3.000 años. Este bulbo ya era conocido y utilizado por los antiguos romanos. Según algunos estudiosos, habría sido introducido en Europa por los pueblos celtas y otros grupos migrantes del Medio Oriente.
Por su parte, el término allium puede proceder de un término celta que significa "quemar", lo que se ha relacionado con la naturaleza picante de la chalota. Posteriormente, grandes autores, como Ovidio y Boccaccio hicieron referencia a ella en sus escritos, sin olvidar la referencia en el Liber de coquina, un libro de cocina escrito de forma anónima en latín a comienzos del siglo XIV.
Hoy, el lugar donde más popular es este producto es Francia, donde se le considera un ingrediente que aporta un sabor distintivo y sofisticado a los platos, lo que la convierte en un elemento clave en muchas recetas tradicionales. En el país galo, se dan unas condiciones excelentes para su cultivo. Destaca en este sentido las chalotas de Bretaña, en el noroeste del país, que poseen fama mundial.
Gran potencial nutricional
Estas pequeñas cebollas no solo son sabrosas, también ofrecen numerosos beneficios para la salud debido a su contenido de nutrientes y compuestos vegetales. Desde esta perspectiva, las chalotas son una excelente elección. 100 gramos de chalotas contienen 75 calorías, 2,5 g de proteínas, 17 g de carbohidratos, 3 g de fibra y 0 g de grasas. Además, poseen una variedad de nutrientes esenciales, como proteínas, fibra, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, zinc, ácido fólico, vitaminas del grupo B, vitaminas A y C.
Propiedades antioxidantes
Los antioxidantes son compuestos que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres. La chalota es rica en compuestos con actividad antioxidante, como la quercetina, el kaempferol y la alicina (que se forma cuando las chalotas se cortan o aplastan). Tal y como han demostrado los estudios, estos antioxidantes ayudan a reducir el estrés oxidativo en el cuerpo y pueden contribuir a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, las enfermedades del corazón y la diabetes.
Contra los síntomas de las alergias
La quercetina presente en la chalota puede ayudar a reducir y controlar los síntomas oculares y nasales relacionados con las alergias estacionales. Estudios sobre este compuesto han demostrado que la quercetina actúa como un antihistamínico natural, previniendo la liberación de histamina y disminuyendo la gravedad de las reacciones inflamatorias y respiratorias.
Propiedades antibacterianas
Los compuestos organosulfurados presentes en la chalota tienen propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales. Estos compuestos han sido utilizados en la medicina tradicional para tratar resfriados, fiebres y tos, así como la gripe. Además, estudios han demostrado que la aplicación de extracto de chalota puede reducir la duración de las llagas causadas por el herpes labial y que el enjuague bucal con extracto de chalota puede inhibir el crecimiento de bacterias en la boca.
Salud cardiovascular
Los compuestos organosulfurados y los antioxidantes presentes en la chalota pueden beneficiar la salud del corazón y potenciar una mejor circulación. Estos compuestos pueden prevenir la formación de coágulos sanguíneos, mejorar la circulación y reducir la presión arterial. Además, la chalota puede ayudar a reducir los niveles de grasas perjudiciales en la sangre, como el colesterol LDL y los triglicéridos, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades del corazón.