Durante los meses de invierno, los platos de lentejas humeantes y salpicados con trozos de morcilla son una delicia. Sin embargo, a medida que van aumentando las temperaturas con la llegada del verano, cada vez nos apetecen menos. No pasa nada; las legumbres no sólo son para las estaciones más frías, y también son muy recomendables para elaborar ensaladas durante el verano. En este sentido, hacer una ensalada de lentejas algunos días a la semana puede cargarnos de minerales y proteínas durante los próximos meses.
Para nuestros antepasados, las lentejas —al igual que otras legumbres— eran uno de los alimentos más importantes de la dieta diaria. Muchos organismos de salud sostienen que deberíamos volver a darles importancia y uno de los más populares que lo defiende es la Universidad de Harvard, en Estados Unidos: "Los estudios científicos han relacionado una dieta con alto contenido en legumbres con un menor riesgo de desarrollar obesidad, diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, enfermedades del corazón e ictus", explica la universidad en su página web.
Pero, además, el organismo explica que las legumbres también pueden ayudar a las personas que ya padecen estas enfermedades. Para fomentar el consumo de legumbres, la Organización de Naciones Unidas (ONU) proclamó el Día Mundial de las Legumbres el 10 de febrero. Este organismo destaca que las legumbres pueden ayudar a reducir el colesterol y ayudar a controlar el azúcar en sangre, además también explica que se tratan de un cultivo beneficioso para el medio ambiente: "Las legumbres tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en los suelos, lo que mejora la fertilidad del suelo y, por tanto, aumenta la productividad de las tierras de cultivo".
Es decir, que comer lentejas con más frecuencia tiene muchos beneficios, pero ¡ojo! porque debemos tener cuidado con algunos vicios que hemos tomado los españoles a la hora de prepararlas:
Sin vitamina C
Seguro que cuando eras pequeño y tu familia intentaba meterte en la boca una cucharada de lentejas haciéndote creer que era un avión, alguien salía con la cantinela de que tienen un montón de hierro. Pues tenían razón. Aunque hay muchos otros alimentos que contienen tanto hierro o más que estas legumbres, las lentejas son una buenísima fuente de este mineral. Ahora bien, hay una manera de potenciar la cantidad que podemos absorber.
[La legumbre que tiene más proteínas que la carne y es más saludable]
El hierro que proviene de los alimentos vegetales se absorbe con mayor dificultad en el organismo que el que proviene de animales. Se conoce como el hierro no hemo porque le falta la hemoglobina que lo defiende de algunas sustancias que tienen la capacidad de bloquear su absorción. Sin embargo, si tomamos vitamina C, con un gazpacho o una naranja de postre, el hierro quedará más protegido y se absorberá en mayores cantidades.
Sin cereales
Las legumbres son la mejor fuente de proteínas vegetales que existen y, entre ellas, las lentejas son especialmente interesantes en este sentido. Tal y como recoge la Fundación Española de la Nutrición (FEN) en su página web, las lentejas contienen casi un 24% de proteínas. Es decir, una proporción superior a la mayoría de las carnes y los pescados. Eso sí, las proteínas vegetales suelen estar incompletas.
Esto significa que, por ejemplo, en el caso de las lentejas les falta metionina, uno de los aminoácidos esenciales. Sin embargo, este problema tiene una solución muy simple y que consiste en acompañar las lentejas con otro alimento vegetal que contenga mucha metionina, aunque le falte otro aminoácido esencial. Ese alimento puede ser un cereal y los expertos recomiendan específicamente el arroz. Mientras las lentejas se cuecen, podemos añadir un puñado a la receta.
Con carne procesada
Muchos dirán que unas lentejas sin chorizo son como un jardín sin flores, pero, en realidad, prescindir de este producto las convierte en un plato mucho más saludable. Añadir a estos platos grandes porciones de chorizo, de morcilla o de jamón convierte a estas recetas en alimentos que debemos consumir muy de vez en cuando. ¿Por qué? Pues porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado a las carnes procesadas como cancerígenas.
La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) realizó una investigación en el año 2015 que se publicó en la revista The Lancet y que revisó hasta 800 estudios sobre esta temática. El estudio concluyó que la carne procesada estaba relacionada con el cáncer y, más concretamente, con el de colon y recto. "Cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta un 18% el riesgo de cáncer colorrectal", explica este artículo de EL ESPAÑOL sobre el estudio.
Pocas verduras
Si bien estamos acostumbrados a que el protagonismo en un plato de lentejas se lo lleve la carne procesada, en realidad debería estar compartido entre estas legumbres y las verduras que le echemos. Esta elaboración admite, en realidad, una buena cantidad de verduras y una gran variedad: puerros, zanahorias, pimientos, cebollas… todos estos vegetales pueden reforzar algunos de los beneficios que ya incluyen las lentejas.
Sin duda, uno de los más importantes es la proporción de fibra que contienen: casi el 12% de las lentejas está formado por esta sustancia. Se suele decir que la fibra sólo tiene la capacidad de mejorar la salud intestinal de quien la toma, pero, en realidad, sus beneficios van más allá: la fibra puede evitar algunos de los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, como el colesterol alto. Esto se debe a que puede atrapar en el intestino el exceso de grasas perjudiciales y de azúcares y evitar que se absorban. También reducen la sensación de hambre y, de esta manera, evitan el sobrepeso.