La hipertensión afecta ya a más de 1.200 millones de personas en todo el mundo, y más de la mitad de los casos no recibe tratamiento según los datos más recientes. Solo en España se calcula que más del 40% de la población mayor de 18 años sufre hipertensión arterial.

El tratamiento no es fácil, y no siempre es efectivo incluso cuando se toma correctamente. Sabiendo esto, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple ha buscado alternativas no farmacológicas. Y la ha encontrado en un concentrado de ciruela japonesa.

La hipertensión es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular. A pesar de los avances en tratamientos, incluso los pacientes tratados adecuadamente tienen un elevado riesgo de morir por infarto cardíaco, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular. 

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Este nuevo estudio, publicado en Hypertension Research, señala que un simple concentrado de jugo de ciruela japonesa (Prunus mume) sería capaz de reducir el riesgo cardiovascular. Esta fruta se consume ampliamente en los países asiáticos y se promociona como alimento saludable en Japón.

Como explica Satoru Eguchi, profesor en el Centro de Investigación Cardiovascular, el Centro de Investigación de Trombosis Sol Sherry y el Centro de Enfermedades Metabólicas, "se sabe que los fármacos por sí solos no son suficientes para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular en pacientes con hipertensión".

"Para ayudar a resolver este problema, nos interesamos por un suplemento que podría disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Comenzamos así a investigar los efectos del bainiku-ekisu, un concentrado de jugo de ciruela japonesa", prosigue el también investigador principal en el proyecto de la Facultad de Medicina Lewis Katz.

La fruta cruda de la ciruela japonesa, conocida como "Ume" en Japón, contiene toxinas, por lo que a menudo se procesa en forma de zumo o vino que sí son seguros para el consumo. El concentrado de jugo infundido, conocido como bainiku-ekisu, se ha consumido en Japón como suplemento saludable desde al menos el siglo XVIII.

Se han hecho numerosas afirmaciones sobre los beneficios de este suplemento, incluyendo su capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares, aunque la evidencia era limitada. En experimentos en células de músculo liso de los vasos sanguíneos, el bainiku-ekisu atenúa las señales inducidas por la angiotensina II, una hormona circulatoria que desempeña un papel central en el desarrollo de la hipertensión.

Para comprender mejor los efectos antihipertensivos de este suplemento japonés, el Dr. Eguchi y el Dr. Hirotoshi Utsunomiya, profesor del Departamento de Rehabilitación de la Universidad de Rehabilitación de Osaka Kawasaki de Japón y también coautor del informe, usaron modelos de ratón. Los animales recibieron infusiones de angiotensina II para inducir hipertensión y, posteriormente, un grupo de ratones recibió agua corriente y otro grupo recibió agua con bainiku-ekisu.

Los ratones que recibieron el jugo no desarrollaron hipertensión y el análisis de tejidos indicó que el suplemento protegía la vasculatura de los efectos de la angiotensina II. La hipertrofia de la arteria aorta fue mínima, mientras que el grupo control sí sufrió un agrandamiento y engrosamiento de su principal arteria. Así mismo, el bainiku-ekisu también atenuó la infiltración de células inmunes, las cuales se han relacionado con los procesos inflamatorios asociados a la hipertensión.

Así mismo, los experimentos de los investigadores a nivel celular mostraron que el bainiku-ekisu previene el cambio metabólico asociado a la hipertensión, mitigando los cambios metabólicos dañinos asociados al engrosamiento celular y la inflamación.