La preservación de la salud es un asunto de suma importancia. Es esencial mantener tanto el cuerpo como la mente en buen estado para poder disfrutar de una vida plena. Una dieta equilibrada sumada a hábitos saludables como el ejercicio y las relaciones sociales son factores esenciales, pero también hay que conocer las contraindicaciones en el consumo. Y esto es lo que ocurre con dos elementos que por separado son saludables: la aspirina por un lado y el jengibre del otro.
Es cierto que el jengibre es un alimento con numerosas propiedades beneficiosas. En condiciones normales se le considera un superalimento debido a su valor nutritivo y la presencia de moléculas beneficiosas difíciles de obtener a través de otras fuentes, como vitaminas, minerales y antioxidantes.
Diversos estudios han demostrado que el jengibre es rico en gingerol, una molécula similar a la capsaicina que se encuentra en los pimientos y les confiere su característico picor. Se ha comprobado que el gingerol tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes, según varios estudios. Esto significa que puede combatir el estrés oxidativo que daña a las células del cuerpo.
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Además, se ha comprobado que el jengibre tiene efectos beneficiosos en el tratamiento de ciertas enfermedades y procesos fisiológicos desagradables, como las náuseas, los niveles altos de azúcar en la sangre en pacientes con diabetes tipo 2 y el dolor causado por la osteoartritis.
Este alimento también favorece la digestión al estimular la producción de enzimas digestivas. De igual modo fortalece el sistema inmunológico gracias a sus propiedades antimicrobianas y antivirales. Además, "el consumo de jengibre mejora la circulación sanguínea al dilatar los vasos y puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular y justo este es el beneficio que también tiene un lado oscuro", tal y como señala José Luis Rodríguez, tecnólogo de alimentos.
Varios estudios y casos clínicos han demostrado que uno de los efectos secundarios de las propiedades antiinflamatorias del jengibre es que reduce la capacidad de coagulación de la sangre. Esto puede ser problemático cuando se combina con otros medicamentos que también mejoran la coagulación sanguínea. En algunos casos, esta interacción puede causar sangrado o dificultar la cicatrización de heridas existentes.
Varias autoridades médicas advierten específicamente sobre la interacción entre el jengibre y la aspirina. Por ejemplo, el portal Drugs.com 'Know more. Be sure' destaca: "Es necesario consultar a un médico antes de tomar jengibre junto con aspirina. Se ha demostrado que, en casos raros, el consumo de este superalimento puede causar sangrado, y combinarlo con otros medicamentos que también pueden tener este efecto secundario aumenta el riesgo".
Los expertos también advierten que se debe buscar atención médica inmediata si se experimenta cualquier sangrado inusual o síntomas como mareos, heces rojas o negras, tos con sangre, dolor de cabeza severo o debilidad.
Estas interacciones también se aplican a medicamentos que tienen como objetivo principal reducir la coagulación, no solo a aquellos que la causan como efecto secundario, como es el caso de la aspirina. La heparina es un ejemplo de este tipo de medicamentos. Por lo tanto, se recomienda consultar a un médico antes de incorporar el jengibre a la dieta, especialmente si se está tomando medicación o se va a someter a una cirugía en un futuro cercano.
Es importante destacar que se recomienda firmemente suspender el consumo de jengibre hasta 14 días antes de someterse a una cirugía, según lo sugerido en varios foros médicos y estudios. Esto se debe a que el control de la coagulación es crucial para prevenir complicaciones quirúrgicas. No obstante, en situaciones normales y cuando estamos sanos, el jengibre puede brindarnos numerosos beneficios para nuestra salud. Debemos recordar que no todo lo que es beneficioso es adecuado en todo momento.