En La Historia Interminable aparece un gigante comepiedras, un disparatado personaje que no era más que fantasía. Sin embargo, los vídeos que se han estado viralizando en los últimos días vienen a demostrar que quizá esto de devorar rocas tenga algo de base real. En las imágenes se ve como un cocinero en un puesto de comida callejera vuelca en una sartén un puñado de guijarros, los aliña, saltea y posteriormente sirve en un plato para distintos comensales.
¿Es cierto que en China están comiendo piedras? La realidad es que la provincia china de Hubei se ha convertido en el epicentro de una tendencia culinaria que ha vuelto loco a Internet. No es ningún reto viral ni un vídeo de bromas: se llama suodiu y se trata de un plato con piedras, tal y como se aprecia en las imágenes.
El suodiu no es un plato reciente. Tiene sus raíces en una historia que se originó hace siglos, cuando los barqueros atravesaban el río Yangtze -el mayor del país- y se enfrentaban a la escasez de alimentos y verduras durante sus viajes. Varados con recursos limitados, estos marineros de agua dulce recurrieron a la utilización de pequeñas rocas de río como medio para matar el hambre.
Sazonando los guijarros con las especias de su comida, engañaban a sentidos como el olfato y el gusto, y lograban provocar una mayor sensación de saciedad con recursos mínimos. Sin embargo, a medida que el desarrollo económico y las embarcaciones motorizadas se hicieron predominantes en la región, la necesidad de suodiu disminuyó, lo que llevó a su eventual declive en la década de 1980.
A través de un proceso único de freír las rocas con condimentos como ajo, cebolletas, jengibre y chiles, estos marineros chupaban y desechaban las piedras, obteniendo un resultado sabroso y picante en el proceso. El renacimiento del plato ha despertado curiosidad y controversia por igual. Los videos de vendedores ambulantes que preparan suodiu se han vuelto virales, mostrando a los chefs friendo guijarros en parrillas estilo teppanyaki y luego presentando las rocas sazonadas en cajas del tamaño de la palma de la mano a los clientes.
A pesar de su aparente sencillez, una sola porción de este peculiar plato puede costar alrededor de unos 2,30 dólares (2,07 euros). Mientras que algunos han elogiado este plato como un patrimonio cultural único y los sabores asociados con suodiu, otros han expresado su preocupación por su seguridad y los peligros de asfixia. Y los críticos también temen el impacto ambiental que provoca recoger los guijarros del río.
"La asociación del plato con el pueblo Tujia, una minoría étnica originaria de la cordillera de Wuling que bordea Hubei, Hunan y Guizhou, agrega una capa adicional de significado cultural", destaca Lu Jie, historiadora china. La conexión de suodiu con esta comunidad única solidifica aún más su lugar en el patrimonio culinario de China.
El resurgimiento del suodiu también se enmarca en el discurso mundial más amplio sobre la sostenibilidad alimentaria y el cambio climático, subraya también Jie. A medida que el mundo lidia con los impactos ambientales de las dietas tradicionales basadas en carne, ha aumentado el interés en fuentes alternativas de nutrición, incluidas las alternativas basadas en plantas.
Así, consumir suodiu es una forma de reducir la ingesta de calorías, ya que la piedra, obviamente, no aporta nada. Pero tampoco causa desnutrición, ya que los aderezos están cargados de antioxidantes y antiinflamatorios naturales, además de agua que ayuda a combatir la deshidratación. Si originalmente eran un recurso contra la hambruna, hoy, cuando la obesidad y el sobrepeso son una pandemia global, pueden cumplir una función igual de importante.
Además, como señala Jie, este plato puede ser toda una experiencia e incluso los cocineros te invitan a llevarte los guijarros de recuerdo. "No hace falta devolver las piedras chupadas al cocinero, prefieren que te las lleves", comenta entre risas.