Reemplazar las grasas alimentarias por otras más saludables como el aceite de oliva ha sido uno de los 'mantras' que han llevado a relacionar la Dieta Mediterránea con la elevada longevidad en los países que la consumen. Ahora, un nuevo estudio liderado por Anne-Julie Tessier, doctora e investigadora de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard, termina de confirmar los beneficios de este producto tradicional de España para prevenir la demencia, una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en la tercera edad.
"Nuestro estudio refuerza las recomendaciones dietéticas que indican que consumir aceites de origen vegetal como el de oliva no solo benefician a la salud cardiovascular, sino que también pueden reducir potencialmente el riesgo de demencia", explica Tessier. Estos resultados se han presentado en NUTRITION 2023, el congreso anual de la Sociedad Americana de Nutrición celebrada estos días en Boston.
"Optar por el aceite de oliva, un producto natural, en lugar de grasas como la margarina o la mayonesa de bote, es una elección que segura que puede suponer un menor riesgo de sufrir una demencia fatal", prosigue la investigadora. Según recuerda, las tasas de alzhéimer están aumentando en muchos países por el envejecimiento de su población. Y ante la ausencia de fármacos para tratarla eficazmente, la prevención de la enfermedad de Alzheimer es imprescindible.
[Cuántas cucharadas de aceite de oliva hay que tomar al día para vivir más según Harvard]
La demencia abarca un amplio abanico de patologías, que incluyen los problemas cognitivos y de memoria, lo bastante graves como para impedir que el paciente se pueda desenvolver por sí solo en su vida cotidiana. La forma más habitual de demencia, tanto en España como en Estados Unidos y el resto de países desarrollados, es la enfermedad de Alzhéimer.
El nuevo estudio es el primero que investiga la relación entre la dieta y la demencia fatal, un factor de muerte prematura a partir de los 65 años. Los científicos analizaron varios cuestionarios dietéticos y registros de mortalidad obtenidos del seguimiento de más de 90.000 estadounidenses a lo largo de tres décadas. En el plazo del estudio, 4.749 participantes fallecieron por demencia.
Los resultados del estudio indican que las personas que consumieron más de media cucharada sopera de aceite de oliva cada día presentaron un riesgo un 28% menor de morir por demencia en comparación con los que no lo tomaban nunca, o con muy poca frecuencia. Además, reemplazar una cucharada de margarina o mayonesa diaria por una de aceite de oliva se relacionó con una reducción del 8-14% en el riego de sufrir un caso letal de demencia.
La investigación apunta a que las personas que consumen de forma habitual aceite de oliva en lugar de grasas animales y/o procesadas tienen una dieta en general más saludable que los demás. Sin embargo, Tessier subraya que los beneficios de este aceite de cara al riesgo de muerte por demencia son "independientes" de la calidad general de la dieta, e intrínsecos a este alimento.
"Algunos compuestos antioxidantes del aceite de oliva pueden cruzar la barrera hematoencefálica, lo que puede tener un efecto potencial sobre el cerebro", explica. "Y este aceite también podría beneficiar a la salud cerebral de forma indirecta, al mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular". Así, menciona los estudios que han relacionado su consumo con una menor incidencia de infartos cerebrales.
Aunque la doctora subraya que se trata de un estudio observacional y que por lo tanto no puede explicitar los mecanismos por los que el aceite de oliva beneficia al cerebro, estos resultados confirman las guías alimentarias a seguir, afirma. "Usar el aceite de oliva en lugar de margarina o mayonesa es un método para mejorar la dieta y ganar en salud", concluye.