El limón es una fruta, pero no es como las demás. Lo más habitual es que una fruta sea dulce e invite a morderla, ahora bien, quien se atreve a hincarle el diente a una de estas termina poniendo las muecas más retorcidas. Su sabor ácido se hace insoportable para la lengua, aunque sí que tiene muchos usos en la cocina: podemos aliñar una ensalada con su jugo o aprovechar el refrescante aroma que desprende su piel para infinidad de platos. Si piensas que hacer esto no aporta ningún valor para tu salud, no es así.
Tal y como explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN), los componentes más interesantes para la salud se encuentran tanto en la piel como en la capa blanca que hay justo debajo de ella. Son los fitonutrientes, que se relacionan con varios beneficios para la salud como la protección del corazón, y entre ellos destaca una gran variedad de flavonoides entre los que esta institución nombra la hesperidina, la diosmina, la naringenina y la eriocitrina. Por supuesto, el limón también contiene vitaminas.
Sobre todo, la famosísima vitamina C que abunda en las frutas cítricas como esta. Los limones tienen una cantidad ligeramente menor de esta vitamina que las naranjas: tienen 50 miligramos por cada 100 gramos, mientras que estas últimas tienen 53 miligramos en el mismo peso. Aunque estos dos cítricos tienen fama de ser los reyes de la vitamina C, en realidad, existen otros vegetales que contienen más, como los pimientos o el camu camu, una fruta desconocida en España, pero que almacena 2.780 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos.
Vitamina C
Es posible que pienses que tomar esta vitamina es especialmente importante en el invierno para repeler los resfriados y catarros, sin embargo, esto se trata de un mito. Si bien el aporte recomendado de nutrientes, vitaminas y minerales contribuye a que nuestro sistema inmunitario se encuentre en plena forma, no existen evidencias de que aumentar el consumo de esta vitamina en particular ayude a solucionar estas infecciones. Ahora bien, la vitamina C está implicada en otros procesos muy importantes.
Esta vitamina también es un potente antioxidante, pero además es imprescindible para que el cuerpo forme vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en los huesos. Esta última sustancia es muy conocida por su papel en el envejecimiento, pero también es fundamental para la reparación de los tejidos a través de la cicatrización. Si la vitamina C falta en nuestro organismo se produce una enfermedad llamada escorbuto, que produce cansancio, manchas en la piel, dolor en las articulaciones y puede, incluso, ser mortal si no se trata.
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De todas formas, aquí no terminan los beneficios de la vitamina C y es que también tiene la habilidad de mejorar la capacidad del cuerpo para absorber el hierro de los alimentos. Por eso, los médicos recomiendan que, cuando tomemos un plato de lentejas, comamos de postre una fruta con mucha vitamina C, como una naranja o un kiwi, o, incluso, un gazpacho que contenga pimiento. ¿Por qué? La molécula de hierro que se encuentra en los alimentos vegetales es diferente a la que se encuentra en la carne de los animales.
Un chorro con las lentejas
El hierro que tomamos de la carne está protegido dentro de la molécula de hemoglobina, pero el que tomamos de los alimentos se encuentra expuesto a otras sustancias en el sistema digestivo que pueden impedir su absorción. En este sentido, la vitamina C es capaz de proteger al hierro, permitir que llegue a los últimos tramos del intestino y que ahí se absorba. En este sentido, los limones pueden sernos de gran ayuda: pero no te preocupes, no hace falta que muerdas uno cuando termines de comer lentejas.
Mario Sánchez, tecnólogo de los alimentos, explicó en esta entrevista de EL ESPAÑOL que podemos ponerlo en las propias lentejas, exprimirlo sobre este plato. "Desde el punto de vista nutricional es top. Porque ayuda a asimilar mejor ese hierro de origen vegetal, que es el que más nos cuesta asimilar. Entonces, en combinación con vitamina C, con limón, una naranja de postre, vendría muy bien para absorber mejor el hierro", cuenta. El experto, natural de Murcia, explica que en su tierra exprimir un limón sobre, prácticamente, cualquier alimento es una práctica muy común.