Esto es lo que esconden las patatas con 'manchitas' verdes en la piel: el aviso de los expertos
Aunque algunas patatas se pueden 'salvar' prescindiendo de la parte que verdea, hay casos en el que se habrá vuelto tóxica par el consumo humano.
8 noviembre, 2023 02:42Ya en pleno otoño, y dejándose sentir las primeras temperaturas propias de la época, es hora de volver a hablar de un tubérculo que tiene ahora su temporada: la patata. En España la consumimos en grandes cantidades, con más de 25 kg por persona y año según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Ahora bien, ¿son seguras todas las patatas? En muchas ocasiones nos encontramos con alguna que ya empieza a verdear, o a la que le han salido los primeros brotes, especialmente cuando adquirimos los sacos de un kilo o dos, y llevan un tiempo esperando su momento. Pero no está todo perdido.
La buena noticia es que, aunque una patata contenga brotes o vaya tomando un color verdoso, no siempre deben desecharse. Siguen siendo seguras para el consumo, siempre y cuando desechemos esa parta. Sin embargo, si la patata está cubierta de brotes o tiene un sabor amargo, entonces sí es necesario tirarla a la basura.
[El peligro escondido en los brotes de las patatas: así te la juegas incluso eliminándolos]
"Estos brotes contienen una toxina llamada solanina, que puede causar síntomas como dolor de cabeza, vómitos y otros síntomas digestivos", explica Ellen Shumaker, directora de Safe Plates en la Universidad Estatal de Carolina del Norte al medio The Huffington Post. "Si se consume en grandes cantidades, puede provocar síntomas graves. Si los brotes son pequeños y la patata no está blanda ni arrugada, se pueden cortar los brotes y comer la patata sin problemas".
La solanina es un glicoalcaloide presente de forma natural en las patatas, y es tóxica para el ser humano. 420 mg de este compuesto serían letales para una persona. Sin embargo, una patata con tal concentración de solanina tendría un sabor tan amargo que sería incomible.
Respecto al color verdoso que pueden adquirir las patatas, esto se debería a su exposición a la luz. "La luz del sol hace que las patatas se vuelvan verdes porque producen clorofila, pero el verdadero problema es la acumulación de toxinas dañinas", explica Maggie Michalczyk, dietista y fundadora de Once Upon a Pumpkin. Este color verdoso sería la señal de que la patata empieza a formar la toxina.
La solanina se encuentra también en los brotes, y pequeñas manchas verdosas en una patata indican acúmulos pequeños: se pueden retirar y consumir el resto del producto. Sin embargo, si las manchas son de gran tamaño o afectan a gran parte de la patata, se recomienda desecharla completamente.
Si además la patata está arrugada y blanda, serían signos definitivos de que hay que desechar completamente la patata. Las consecuencias irían de los síntomas gastrointestinales descritos a la parálisis generalizada e incluso la muerte si la concentración de solanina es muy elevada.
Además, las patatas que están empezando a producir solanina probablemente también posean menos nutrientes, aunque no se han realizado muchos estudios sobre este último punto. Se sugiere que, al producirse germinación, las patatas se habrán expuesto a una mayor oxidación a temperaturas más altas, algo que reducirá su calidad y densidad nutricional.
Si, por el contrario, la patata mantiene una apariencia normal, sin tonalidades verdosas, ni arrugas, ni brotes, contendrá todos sus nutrientes: vitamina C, potasio o vitamina A, entre otros. Aunque la patata no destaca tanto por su gran densidad nutricional (más allá del potasio), pero sí por ser un alimento relativamente bajo en calorías y con gran potencial saciante, siempre y cuando no le añadamos aceite en exceso a la hora de realizar su cocción.