El gran timo del alimento estrella en Navidad que afecta a España: "La mitad de lo que se vende es falso"

El caviar silvestre, elaborado a partir de huevas de esturión salvaje, es un manjar cuya producción está estrictamente regulada en Europa. La caza furtiva y la sobreexplotación llevaron a esta especie de agua dulce al riesgo de extinción. Hoy en día, este producto que aumenta de popularidad -y precio- en España por la proximidad de la Navidad procede de esturiones de piscifactoría.

Sin embargo, no es caviar todo lo que reluce. Así lo demuestra un nuevo estudio publicado en Current Biology, que ha detectado que la mitad de los productos comercializados actualmente en Europa son o bien ilegales o bien ni siquiera son huevas real de esturión.

Estas son los conclusiones derivadas de los análisis genéticos e isotópicos de muestras de caviar tomadas en Bulgaria, Rumania, Serbia y Ucrania, los países en los que todavía existen poblaciones de esturión salvaje. La preservación de esta especie, como explican los investigadores responsables del estudio, es complicada.

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"El estado de conservación de las poblaciones de esturión del Danubio hace que cada individuo sea importante para la supervivencia de la especie, y la intensidad observada en la caza furtiva socava cualquier esfuerzo de conservación". explica Arne Ludwig, del Instituto Leibniz para la Investigación de Zoológicos y Vida Silvestre.

Actualmente en Europa quedan cuatro especies de esturión capaces de producir caviar: Beluga, Ruso, estrellado y esterlino. Las últimas poblaciones silvestres que quedan se encuentran en el río Danubio y el Mar Negro. Están protegidas desde 1998 por la CITES, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre.

En el año 2000, su inclusión en la CITES se acompañó de un estricto sistema de etiquetado internacional para todos los productos de caviar con el objetivo de detener el comercio ilegal. A pesar de ello, se sabe que la caza furtiva ilegal aún persiste, aunque se ha investigado de forma insuficiente, advierten los autores.

Así pues, para clarificar las verdaderas fuentes del caviar que se comercializan en las regiones con esturión nativo silvestre, los investigadores compraron caviar tanto en comercios físicos como online, de una amplia variedad de fuentes.  Estas incluyeron mercados locales, tiendas, restaurantes, bares e instalaciones de acuicultura. También incluyeron cinco muestras incautadas por las autoridades. En total se analizaron 149 muestras de caviar y carne de esturión.

Así se descubrió que el 21% de las muestras procedían de esturiones silvestres, y que estos peces se vendían en todos los países estudiados. También se encontró que el 29% de las muestras violaban las regulaciones y las leyes comerciales de la CITES, que incluían caviar que enumeraba la especie equivocada de esturión o el país de origen equivocado.

Igualmente, el 32% de las muestras eran falsas, dado que se declaraban como productos silvestres cuando en realidad procedían de acuicultura. Además, tres de las muestras, servidas en Rumanía en un plato llamado "sopa de esturión", no eran esturión en realidad. Se identificaron como muestras de bagre europeo y perca del Nilo. Del esturión, ni rastro.

"Nuestros resultados indican una demanda continuada de productos de esturión salvaje, algo que es alarmante, ya que estos productos ponen en peligro las poblaciones del esturión silvestre. La demanda persistente alimenta la caza furtiva e indica que los consumidores no aceptan realmente los productos de piscifactoría como sustituto. Además, el caviar que se vende violando las regulaciones de la CITIES y la UE pone en duda la eficacia de estos controles y del sistema de etiquetado en especial", denuncian.

Los investigadores sugieren que el gran volumen de pesca furtiva ilegal podría ser un indicador de que los pescadores carecen de oportunidades de ingresos adecuadas, lo que podría aumentar la presión para participar en actividades de pesca ilegal. También señalan que es posible que los controles y leyes no se apliquen adecuadamente, ya sea por falta de recursos por parte de las autoridades locales, o por falt ade medios para demostrar el origen ilegal del pescado.