La retención de líquidos es un problema común que puede afectar significativamente la calidad de vida. Según la Fundación Española del Corazón, la retención de líquidos, o edema, es la acumulación excesiva de líquidos en los tejidos, y sus causas pueden ser diversas, incluyendo problemas circulatorios, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedades renales o hepáticas, así como condiciones sin causa conocida como el edema cíclico idiopático. El embarazo también puede ser un momento en el que se presente este problema debido a cambios hormonales que aumentan la permeabilidad de los vasos sanguíneos.
Una estrategia efectiva para combatir la retención de líquidos es la modificación dietética, que implica reducir la ingesta de sodio, el principal promotor del edema. "Alimentos con alto contenido de sodio, como salazones, embutidos, encurtidos, latas, patatas fritas y ciertos aditivos alimentarios como glutamato monosódico, benzoato sódico, propionato de sodio, citrato de sodio, han de ser limitados o evitados", explica a EL ESPAÑOL Kimberly Leiva, dietista-nutricionista. Además, es importante prestar atención a los medicamentos y productos que contienen bicarbonato de sodio.
Por otro lado, los diuréticos naturales juegan un papel crucial en la gestión de la retención de líquidos. Estos pueden incluir infusiones como diente de león, cola de caballo, té verde y una variedad de alimentos como espárragos, alcachofas, puerro, lechuga, apio, piña, papaya y sandía. Estos alimentos no solo tienen propiedades diuréticas sino también antiinflamatorias y ayudan en la eliminación de líquidos y toxinas. Además, los copos de avena, tomates, cebolla y perejil (como en el gazpacho andaluz) son beneficiosos, al igual que los alimentos ricos en potasio como plátanos, chocolate, aguacate, espinacas o champiñones.
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Curiosamente, aunque parezca contradictorio, el consumo de líquidos, especialmente agua, zumos naturales e infusiones, es crucial en la prevención de la retención de líquidos. El Instituto Tomas Pascual Sanz explica que el cuerpo humano está compuesto en un 60% por agua, distribuida en compartimentos intracelulares y extracelulares. Un desequilibrio en el contenido de sodio puede causar un desplazamiento del agua fuera de las células, contribuyendo al edema.
Los espárragos
En cuanto a alimentos concretos, los espárragos no solo son valiosos por sus propiedades diuréticas, sino también por su riqueza en nutrientes esenciales. Un estudio publicado en Journal of Food Science destaca su contenido en asparagina, un aminoácido que favorece la diuresis. Además, son una fuente rica de antioxidantes, como la vitamina C y E, y minerales como el hierro y el cobre, esenciales para la salud general. La fibra presente en este alimento también contribuye a una digestión saludable y a la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Además de su efecto diurético, tienen un bajo contenido calórico y un alto contenido de folatos, importantes para la salud del corazón y el desarrollo fetal. Según una investigación publicada en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, el consumo regular de espárragos puede contribuir a la prevención de enfermedades crónicas, incluyendo ciertos tipos de cáncer, gracias a su contenido de glutatión, un potente antioxidante.
El pepino
El pepino es conocido por su alto contenido de agua y bajo en calorías, lo que lo convierte en un excelente alimento para la hidratación y la pérdida de peso. Un estudio en el Journal of the American College of Nutrition destaca sus propiedades antiinflamatorias, que pueden ser útiles en la reducción de la hinchazón y el dolor asociados con condiciones como la artritis. Además, este alimento contiene sílice, un componente esencial para el desarrollo del tejido conectivo saludable.
También es una fuente de varios antioxidantes, incluyendo vitamina C y beta-caroteno, que pueden ayudar a combatir el daño de los radicales libres y mejorar la salud de la piel. Algunas investigaciones en la International Journal of Health Sciences indican que los pepinos también ofrecen compuestos como flavonoides y taninos, conocidos por su capacidad para limitar los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo, lo que puede beneficiar la salud cardiovascular y prevenir enfermedades crónicas.
La sandía
La sandía no solo es eficaz contra la retención de líquidos por su alto contenido de agua y potasio, sino también es una rica fuente de licopeno, un antioxidante que ha mostrado ser beneficioso para la salud del corazón y en la prevención del cáncer de próstata. Un estudio publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry destaca que el licopeno presente en la sandía puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, su alto contenido de citrulina puede mejorar la circulación sanguínea.
Otro beneficio de esta fruta es su capacidad para ayudar en la hidratación, crucial para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Según un estudio en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, la sandía contribuye a la hidratación debido a su combinación de agua y electrolitos. Este efecto puede ser particularmente útil para deportistas o en climas cálidos, donde la pérdida de líquidos a través del sudor es significativa.
La piña
La piña es conocida por su contenido de bromelina, una enzima con propiedades antiinflamatorias y digestivas. Este estudio publicado en el International Journal of Applied and Basic Medical Research enfatiza la eficacia de la bromelina en la reducción de la inflamación, lo que puede ser beneficioso en el tratamiento de trastornos como la artritis. Además, la bromelina facilita la digestión de proteínas y puede aliviar la indigestión.
Además, esta fruta es rica en vitamina C, un antioxidante esencial para la salud de la piel, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la prevención de enfermedades. Según un estudio publicado en la revista Nutrition, la vitamina C también juega un papel importante en la formación de colágeno, esencial para la salud de la piel y las articulaciones. La piña también contiene manganeso, un mineral importante para el metabolismo y la salud ósea.
El apio
Por último, el apio es reconocido por su efecto diurético debido a su alto contenido en potasio y agua, pero también ofrece beneficios para la salud cardiovascular. Un estudio publicado en el Journal of Medicinal Food sugiere que los compuestos en el apio, como los ftálidos, pueden reducir los niveles de presión arterial y mejorar la circulación. Además, el apio es una buena fuente de vitamina K, esencial para la coagulación de la sangre y la salud ósea.
Además de sus propiedades diuréticas y cardiovasculares, este alimento es beneficioso por su contenido en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Algunas nvestigaciones de Journal of Agricultural and Food Chemistry han mostrado que el apio contiene flavonoides como la apigenina, que tienen propiedades anticancerígenas y pueden ayudar a reducir el riesgo de varias enfermedades crónicas. Asimismo, su alto contenido en fibra lo convierte en un aliado para la salud digestiva y la prevención de enfermedades relacionadas con el tracto digestivo.