Las enfermedades cardiovasculares y el cáncer siguen siendo los dos grupos de patologías que más matan a los españoles. Por suerte, un gran número de estos casos se pueden prevenir con hábitos de vida saludable y uno de los más importantes es añadir más verdura en nuestra dieta. Las dietas tradicionales basadas en vegetales, como la mediterránea y la japonesa, están relacionadas con tasas de mortalidad más bajas y, sobre todo, con un nivel de calidad de vida superior. Ahora bien, no todas las verduras valen.
Muchos expertos de la salud a nivel mundial están considerando expulsar a las patatas de la categoría de verduras. Desde el punto de vista de la botánica, la patata es un tubérculo, una raíz y, por lo tanto, entra dentro del grupo de las hortalizas. Pero desde el punto de la nutrición es demasiado rica en carbohidratos y poco abundante en fibra, por lo que no produce los mismos beneficios que el resto de hortalizas. Además, en las dietas occidentales hemos abusado de este tubérculo, que muchas veces cocinamos de la peor forma.
La Universidad de Harvard fue una de las primeras en apartar a las patatas del grupo de los vegetales en su esquema del plato ideal para comer saludable. Este vegetal tiene un índice glucémico muy alto: es decir, que eleva nuestra glucosa en sangre en gran medida y al poco tiempo de comerlo. Si queremos tomarlo, lo mejor es tomarlas al horno, cocidas o al vapor, ya que también es un vegetal muy poroso y cuando se fríe absorbe y retiene una gran cantidad de grasa. De todas formas, no todos los tubérculos se consideran tan malos.
La verdura más saludable
De hecho, hay uno de ellos que está considerado como un secreto de la longevidad: las batatas moradas que se toman en Okinawa. Esta región de Japón está considerada como una zona azul, lo que significa que en ella hay una tasa especialmente alta de personas centenarias. Las más abundantes de esta isla son conocidas como satsuma imo, pero también hay otras —que llevan la fama de ser el secreto de la longevidad— que se llaman beni imo. Antes de que fueran asociadas a la longevidad, se consideraba una comida de pobres.
Según este estudio de la revista científica Mechanisms of Ageing and Development, la dieta de Okinawa se diferencia de la del resto de Japón en que el porcentaje de calorías que obtienen de las verduras es siete veces mayor. En total, el 58% de las calorías de la dieta de los habitantes de Okinawa procede de las verduras y la mayoría de esas batatas imo. De ellas obtienen la mayoría de los carbohidratos de la dieta, mientras que los japoneses lo hacen del arroz refinado. Las clases altas de Okinawa también tomaban arroz importado de Japón.
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"En la década de 1990, las cualidades de estas humildes batatas, el alimento básico de los hombres y las mujeres de a pie en Okinawa, se fueron haciendo cada vez más evidentes", explica el artículo. El Centro para la Ciencia en el Interés Público de Estados Unidos llegó a calificarlas como la verdura más saludable de todas "por su alto contenido en fibra, sus azúcares naturales, sus carbohidratos de bajo índice glucémico, su contenido en proteínas, sus vitaminas antioxidantes A y C, el potasio, el hierro, el calcio y sus bajos niveles de grasa, sodio y colesterol", enumera el estudio.
Poder antioxidante
Incluso la Sociedad Americana del Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) y la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), dice el estudio, han reconocido que las propiedades de las batatas pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Esto podría deberse, precisamente, al intenso color morado de las imo que indica una fuerte presencia de antioxidantes, que suelen ser las antocianinas.
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El estudio reconoce a estas batatas moradas como una fuente excelente de vitamina A, sobre todo betacarotenos, y de antioxidantes como las vitaminas C y E. Esta última vitamina es un potente antioxidante, pero que normalmente se encuentra en alimentos grasos como el aceite de oliva y algunos frutos secos. Las imo, por el contrario, no tienen grasas. "Ya que estos nutrientes son también antiinflamatorios, pueden ser útiles para reducir la inflamación asociada al envejecimiento, que se vincula a enfermedades crónicas, como la aterosclerosis, el cáncer y la diabetes tipo 2", recoge el artículo.
Según esta investigación, una de estas batatas moradas de tamaño medio contiene 251 kilocalorías. La mayoría de ellas provienen de los carbohidratos, que suponen unos 61 gramos en una patata de tamaño estándar. No contienen nada de grasa y 6 gramos de fibra alimentaria, sin embargo, por lo que más destacan es por su contenido de vitamina A, que cubre más del 100% de la cantidad mínima recomendada para el día a día. Además, aunque el sabor de estas imo es muy dulce, su índice glucémico es entre bajo y medio.