El pistacho, un pequeño pero poderoso fruto seco originario de Asia Occidental y Asia Menor, se ha ido integrando en la dieta española y mediterránea, no solo por su sabor sino también por sus múltiples propiedades beneficiosas para la salud. Este fruto seco, que ha sido objeto de diversas investigaciones científicas, alberga una rica variedad de nutrientes que contribuyen a la salud en diversos aspectos.
Entre sus cualidades más destacadas se encuentra su alto poder antioxidante, revelado en un estudio de la Universidad de Cornell. Esta investigación puso de manifiesto que los pistachos superan en capacidad antioxidante a otros alimentos tradicionalmente reconocidos por estas mismas propiedades como los arándanos, las cerezas o la remolacha. La razón se esconde en la excelente combinación de nutrientes que tiene este alimento como la vitamina E, los carotenoides, los fenólicos y los flavonoides.
“En contraste con distintas variedades de frutos secos, el pistacho destaca por presentar un bajo contenido de grasa y valor energético reducido. Además, también tiene un elevado aporte de fibra, tanto soluble como insoluble, así como por ser una fuente rica en potasio y vitaminas E y K. A esto se suma la presencia de fitosteroles, carotenoides como la luteína y zeaxantina, y compuestos fenólicos. Estos son los responsables de su impresionante capacidad para proteger contra diversas enfermedades”, señala María Ángeles Escribano, nutricionista-dietista en un hospital de Valencia.
Además, los pistachos se han vinculado con una reducción en el riesgo de cáncer, según la investigación citada que destacan su riqueza en nutrientes anticancerígenos y antioxidantes; que incluyen fitoquímicos, vitamina E, fibras, fitoesteroles y ácidos grasos insaturados. Nutrientes cuya influencia se ha estudiado en el caso de cáncer de mama, hígado y colon. Unos beneficios que se han constatado en el caso de que los pistachos sean tostados, ya que podrían producir una serie de cambios fitoquímicos beneficiosos, lo que conduciría a una mayor actividad biológica.
Por otro lado, estos frutos secos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, conteniendo todos los aminoácidos esenciales necesarios para el organismo, lo cual es especialmente beneficioso para las personas que realizan actividad física regular y buscan mejorar o mantener su masa muscula, además de mantener el peso corporal, según destaca una investigación.
Otra faceta importante de este alimento es su capacidad para prevenir la anemia, gracias a su contenido de hierro, 7,2 mg por cada 100 g, y cobre. Este último es un oligoelemento esencial para la formación de glóbulos rojos y la adecuada absorción del hierro en el organismo, lo que ayuda a prevenir estados de anemia. También en el ámbito de la salud ocular, los pistachos aportan significativas cantidades de zeaxantina y luteína, dos componentes que ayudan a prevenir el daño ocular asociado a la edad, como la degeneración macular, y protegen los ojos de los dañinos rayos ultravioleta del sol.
El impacto de estos frutos secos en la salud intestinal no es menos importante. Su contenido en fibra dietética y compuestos bioactivos estimula la microflora intestinal, esencial para una digestión eficiente, la absorción de nutrientes y, en general, para mantener un sistema digestivo saludable. Además, forman parte de una dieta equilibrada y nutritiva, gracias a su alto contenido en ácidos grasos saludables, proteínas, vitaminas y minerales, contribuyendo así a una alimentación rica en nutrientes.
En lo que respecta al control del colesterol, los pistachos contienen grasas monoinsaturadas que ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL, el llamado colesterol "malo". Este beneficio ha sido respaldado por estudios publicados en revistas de renombre como “The Journal of Nutrition”, confirmando su efecto positivo en la salud cardiovascular. Además, el consumo regular de pistachos se ha asociado con una disminución en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estudios científicos indican que incluir dos porciones de pistachos al día en la dieta puede reducir significativamente el riesgo cardiovascular.
Los pistachos también han demostrado ser eficaces en la pérdida de peso. Un estudio realizado por la Universidad de California en San Diego incluyó estos frutos secos en la dieta de personas con sobrepeso y obesidad, observando una asociación entre su consumo y la pérdida de peso, así como mejoras en la salud cardiovascular y reducción de la presión arterial. Además, su consumo contribuye a la salud dental y a fortalecer dientes y encías, gracias a su riqueza en nutrientes como el calcio, vitamina D, fibra, ácido fólico, hierro, magnesio, niacina, vitamina E, vitamina B6, potasio y zinc, que son esenciales para mantener una buena salud bucal.
Por último, no se puede pasar por alto el papel de los pistachos en la reducción del estrés y la mejora de la salud mental. Un análisis de la Universidad de Pensilvania encontró que incluir pistachos en la dieta puede ayudar a disminuir la presión arterial sistólica y la frecuencia cardíaca durante episodios de estrés, proporcionando así un efecto calmante sobre el sistema nervioso.