Emilia Gómez Pardo es doctora en Bioquímica y Biología Molecular, máster en Nutrición y Salud, y asesora científica de CRIS contra el cáncer. La especialista ha sido una de las responsables de redactar la "dieta oncosaludable" que, según explica a Europa Press, también ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y neurológicas. Y beneficia tanto la longevidad como la calidad de vida en la tercera edad.
La principal medida es la de huir de los productos procesados, que según la experta son "peligrosos para nuestra salud". Si de verdad queremos estar sanos, sostiene Gómez Pardo, hay que duplicar el consumo de vegetales. "Hablamos de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, hierbas y semillas, y frutos secos", remarca. Estos alimentos pueden formar parte de todas las comidas del día, empezando por el desayuno, que en España tiende a contener demasiadas grasas y azúcar.
"La ciencia nos dice que una alimentación muy rica en alimentos vegetales marca la diferencia en cada una de las fases de la enfermedad: antes, durante, y después. De hecho, seguir este patrón durante un mínimo de 5 años disminuye la mortalidad global por cáncer en un 17% en hombres, y un 12% en mujeres", apunta la autora de Más vida, menos cáncer [Arpa].
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Ahora bien, Gómez Pardo aclara que no hay "alimentos mágicos" a la hora de prevenir el cáncer. De ahí la importancia de la adherencia: "Cuanto más, mejor. Determinados alimentos aislados en una dieta insana no tienen efecto positivo, y ciertos alimentos que tienen un efecto muy negativo, aunque el resto sea sano. No vale hacerlo bien un día o una semana, sino que hay adoptarlo con constancia y determinación".
Todos los alimentos vegetales aportan fitoquímicos, recuerda, compuestos químicos naturales como los polifenoles, carotenoides, flavonoides, alcaloides, taninos, cumarinas, proteínas, quinonas. "Son necesarios para que el cuerpo funcione como un reloj. Son antioxidantes y antiinflamatorios, capaces de estimular la regeneración de las células o de inhibir el crecimiento celular maligno".
Para encontrarlos, explica, hay que apostar por "los colores de los vegetales", ya que los fitoquímicos son sus colorantes naturales. Destaca igualmente la fibra, otro compuesto vegetal cuya cantidad recomendada al día es de 25-30 gramos. "No se entiende la salud sin el consumo de fibra", zanja.
Los diversos tipos de fibra se relacionan con la microbiota, dando tiempo al intestino para que se absorban los nutrientes y reduciendo la glucemia. Sin embargo, en España solamente el 3-5% población consume la cantidad de fibra recomendada por las instituciones sanitarias, lamenta, y su bajo consumo se relaciona con el cáncer colorrectal, mayoritario en el mundo occidental.
La evidencia, por otra parte, muestra que el consumo de carne procesada se relaciona con el cáncer colorrectal entre otros. "Los componentes de la carne procesada son carcinógenos. Se encuentran en la 'categoría 1', junto al alcohol, al tabaco y a la radiación ultravioleta", advierte.
Por eso, sostiene que el consumo de carne roja concretamente debe responder a una cuestión de dosis y, siempre debe mantenerse un bajo consumo de carne roja, de unos 200 gramos a la semana. "Sobre todo cada vez que apostamos por comer carne dejamos de comer vegetales", concluye.