Cuando hacemos la compra y nos ponemos a echar productos al carrito, solemos pensar en trabajar lo menos posible en la cocina o en alimentos que no nos hagan engordar o en otros deliciosos que nos apetecen especialmente cuando estamos cansados. Sin embargo, pocas veces solemos pensar en nuestro corazón a la hora de elegir alimentos. Aunque ahora mismo tengamos una salud cardiovascular excelente, los buenos hábitos, como evitar el tabaco y el alcohol o hacer ejercicio, pueden evitar la enfermedad en el futuro.
La alimentación diaria es, por supuesto, uno de esos grandes pilares que permiten prevenir las enfermedades cardiovasculares. En este sentido, la dieta mediterránea es una de las que beneficia en mayor medida a nuestro corazón, pero este patrón de alimentación saludable ha ido perdiendo popularidad en los últimos años en España. Los productos ultraprocesados que están a la orden del día en todo el mundo, también lo están en nuestro país y han desplazado a otros que eran típicos y muy saludables.
Las legumbres son un buen ejemplo de ello. Si bien este alimento era una las principales fuentes de proteína de nuestros antepasados, ahora la carne animal y, en una proporción importante la carne roja, se han posicionado como la fuente de proteína más relevante en los países occidentales. Regresar a las legumbres puede ayudar a reducir, en general, la incidencia de enfermedades no transmisibles. La versión de Huffpost en inglés ha consultado a varios cardiólogos por cuáles son los alimentos que nunca comerían.
El hígado
Sin duda, este bocado no está hecho para cualquier paladar. Su apariencia, su textura y su sabor no convencen a todos, pero existe una elaboración a partir de hígado que sí tiene mejor fama en todo el mundo: el foie. Un filete de hígado es mucho más asequible que el foie, pero ninguno de ellos es recomendable para la salud de nuestro corazón. Eleanor Levin, cardióloga en la Universidad de Stanford, explica que se trata de una de las carnes rojas con más contenido en grasas saturadas.
Las salchichas y el choped
Desde hace unos años, las carnes procesadas han sido señaladas como uno de los alimentos menos saludables que existen: hace unos años se evidenció que su consumo regular se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. En cualquier caso, también son malas para el corazón porque contienen un alto número de grasas saturadas. Dentro de las carnes procesadas, las salchichas y el choped se encuentran entre las peores, debido a que suelen elaborarse con cortes de carne de menor calidad.
La margarina
En el momento en el que más nos preocupaban las grasas, la mantequilla fue reconocida como uno de esos alimentos que hay que mantener lejos. Sin embargo, estaba tan integrada en nuestra cocina que hubo que encontrarle sustituto. La margarina era la versión supuestamente saludable de la mantequilla, que tanto nos gustaba. Pero unas décadas después, los expertos explicaron que no era tan buena como creíamos. La cardióloga Harmony Reynold, de NYU Langone Health, explica que usar esta grasa en la cocina habitualmente incrementa el riesgo de mortalidad.
Los filetes de carne roja
Una de las cosas que nos gusta más pedir fuera de casa es un entrecot, un solomillo o cualquier otro corte de carne jugosa. Si bien no pasa nada por darnos un homenaje de vez en cuando con una de estas carnes, el problema reside en que las dietas occidentales cada vez abusan más de ellas. Están repletas de grasas saturadas y, por lo tanto, se han relacionado con un importante incremento del colesterol en nuestra sangre y, a su vez, un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El bacon
Se trata de uno de los ingredientes estrella de la comida rápida y de los desayunos menos respetuosos con el corazón: el bacon es grasiento, procesado y salado. Aunque es uno de esos alimentos que nos hacen salivar con más facilidad, los cardiólogos lo rechazan por su capacidad para predisponernos a muchos de los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. Se ha relacionado con la hipertensión y la hipercolesterolemia.
El pollo frito
Los locales de comida rápida que sirven pollo frito en la freidora son cada vez más numerosos en España. Puede parecer una opción más saludable que una hamburguesa porque el pollo se considera carne magra. Si bien esta carne se asocia a menos riesgos que la de los mamíferos, estas piezas de pollo no son, por desgracia, saludables. En realidad son un bocado muy rico en grasas saturadas y trans que pueden aumentar nuestros niveles de colesterol LDL, el malo, en sangre.
Los dónuts
En la lista negra de los cardiólogos se encuentran estos bollos circulares por motivos evidentes. Aunque son toda una delicia, también deben guardarse para las ocasiones especiales: se suelen freír en aceites de baja calidad que tienen una gran proporción de grasas trans y saturadas. Pero, además, los bollos como los dónuts están elaborados con harinas refinadas y azúcares, por lo que tienen un altísimo índice glucémico. Por esta razón, también elevan el riesgo de provocar una diabetes tipo 2.